VALÈNCIA. Maxi Gómez no podrá jugar la final de Copa del Rey, en caso de que el Valencia supere la eliminatoria de semifinales ante el Athletic, debido a la expulsión del uruguayo en el descanso del encuentro de ida en San Mamés. Y es que Competición ha resuelto este viernes una sanción de dos encuentros para el delantero. Se trata de un castigo que, al ser de carácter leve y no grave (es decir, que no alcanza los cuatro partidos de suspensión), habrá de cumplir en la misma competición, tal y como recoge el artículo 56.1 del Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
"La suspensión por partidos que sea consecuencia de la comisión de infracciones de carácter leve, implicará la prohibición de alinearse (...) en tantos aquellos partidos como abarque la sanción por el orden en que tengan lugar (...) en los partidos de la misma competición en que dicha infracción fue cometida". Es decir, con el reglamento en la mano, si la infracción de Maxi Gómez hubiese sido grave sí pasaría a cumplir pena en los encuentros inmediatamente posteriores de La Liga. Y, entonces, sí podría jugar una hipotética final. Así lo refleja el segundo punto del mismo artículo.
Según reza el acta de Munuera Montero, colegiado del encuentro de este jueves, tras el choque, el delantero vio la roja porque "en la pausa del medio tiempo y cuando nos encontrábamos en el túnel de vestuarios, se dirigió al asistente nº1. asomando la cabeza entre las rejas que separan el pasillo de su equipo, del nuestro, con gestos intimidatorios, a voz en grito, recriminándole insistentemente nuestra actuación, teniendo que ser sujetado por sus compañeros y llevado a su vestuario". Una cartulina roja directa por protestas al árbitro, tal y como recoge el artículo 120 del Código Disciplinario de la RFEF, es merecedora de una sanción de entre dos y tres partidos. El uruguayo ha sido penalizado con la mínima.