VALÈNCIA. Obligado a dar salida a otros futbolistas al margen de Pablo Martínez, los acontecimientos se suceden en la rampa de salida del Levante por jugadores que, o bien en un principio no estaba previsto traspasar, o bien se habían dado por descartadas sus salidas a estas alturas de mercado. Todo viene agravado, entre otras cosas, por el enquistamiento de la marcha de Pablo, el futbolista franquicia que lleva en el mercado desde el pasado mes de junio y que el club de Orriols ha tratado de vender al mejor postor, llegando incluso a reducir su precio inicial de salida.
Ahora afloran dos nombres, además del madrieño: Bouldini y Oriol Rey. El primero está muy cerca del Deportivo de la Coruña y solo falta la firma; el segundo, según informó Deportes Cope este miércoles, ha sido tanteado por el Elche, pero el Levante no está por la labor de que salga el catalán, hoy clave en el engranaje de Calero. El club trata de transmitir al exterior que Pablo no es la única salida que esta manoseando en estos momentos para cumplir con los deberes de las inscripciones antes de la próxima jornada. Sin embargo, Pablo Martínez quiere esperar al Valencia, que todavía no descarta su incorporación si sale André Almeida, al margen de la llegada de Enzo Barrenechea a Mestalla.
Este vaivén de nombres, más allá de que puedan terminar ejecutándose sus traspasos en función de los interes del Levante, hace crecer la incertidumbre en el cuerpo técnico. Julián Calero ya admitió que no pone la mano en el fuego por ninguno de sus futbolistas. Ni siquiera de Carlos Álvarez, cuya salida sería complicada porque el Sevilla mantiene un 40% de sus derechos económicos y cualquier oferta llegaría reducidísima a las arcas de Orriols -además de que Felipe compró al centrocampista de Sanlúcar con la intención de que el provecho económico y deportivo fuera mucho mayor del rendimiento que ya se ha extraído hasta la fecha-.
Sea como sea, la tardanza en el 'caso Pablo Martínez' obliga a la entidad blaugrana a tantear otras salidas. La tensión, a dos días del cierre del período de transferencias, es máxima, porque han de darse salidas y el mercado, en el apartado bajas, no puede quedarse tal y como está para el Levante. Además, si termina ejecutándose definitivamente la salida de Bouldini, no se cierra la puerta a la marcha también Pablo, a quien no se tiene previsto sustituir en el vestuario porque se contaba con su venta desde el mes de junio.