Me niego a dar por perdida la temporada en enero

VALÈNCIA. Me niego a afirmar que el partido ante el Almería es una final. Prefiero pensar que es un principio. Hablar ya de “finales”, como he leído en alguna previa del encuentro, me parece demasiado atrevido. Pese a que el partido es muy importante, porque el Valencia necesita darle continuidad a sumar de a tres en la Liga tras dos choques sin lograr la victoria, creo que es muy pronto para tildar de “final” la cita de Mestalla. Yo creo que este partido ante el Almería puede suponer el inicio de algo bueno. Veo el vaso medio lleno y estoy convencido de que el equipo va a ir hacia arriba.

Como digo, es muy pronto para hablar de finales. No estamos ni en el ecuador del campeonato aunque, por fechas, parezca todo lo contrario. El Mundial ha ralentizado el normal discurrir del curso. Quedan veintidós partidos por disputarse. Todavía hay 1.980 minutos en juego. Es todo un mundo. Y la temporada se resolverá en esos diez últimos partidos de Liga, tal y como aseguraba el irrepetible Luis Aragonés. “El equipo que llega más fuerte a esa recta final de temporada se lleva el gato al agua”, aseguraba el Sabio. Y como siempre, acertaba.

No soy un tipo optimista por naturaleza. Quienes bien me conocen lo saben de sobra. Pero lo que escribo es un mensaje positivo al valencianismo. Aunque sea solo en materia deportiva. De lo otro, mejor me callo. Esta muy en la línea de lo que dijo Dani Parejo años ha: “Me niego a dar por perdida la temporada en enero”. Aquella frase del futbolista, en un momento de duda sobre la continuidad de Marcelino, fue el impulso que se necesitaba para convertir en exitosa una temporada que olía a fracaso. El título de Copa del Rey fue el colofón final a un año complicado para todos. Ojalá éste vaya por el mismo camino. Eliminamos ahora al Athletic y las semifinales pueden ser contra Osasuna. ¿Why not?

¿El por qué de mi optimismo?. Es cierto que mi argumento es como un pequeño salto de fe. Porque hablo tras los partidos de Supercopa ante el Madrid y el de Copa contra el Sporting. Pero creo que Gattuso ha dado con la tecla. El cambio de sistema de juego le va a venir muy bien al Valencia. Con este 4-4-2 el equipo defiende a conciencia, porque se ocupan mejor los espacios, y en ataque aprovecha muy bien la velocidad de sus futbolistas para sorprender a la contra. La modificación táctica que ha hecho el italiano, que asegura que no le gusta, ha sido recuperar parte de ese ADN de Mestalla que nunca debió perder.