13 de noviembre / OPINIÓN

Menos Eurocopa y más Levante

22/06/2021 - 

VALÈNCIA. He visto muy poca Eurocopa. Los dos partidos de España (el de Polonia comenzado) y algunos ratitos sueltos, sobre todo de Italia porque tengo a unos cuantos jugadores en un ‘fantasy’ que quiero ganar. De momento, esa es mi única motivación y no sé si me engancharé cuando los encuentros ya sean a cara o cruz. Ahora ni fu ni fa. Ni he visto a Bardhi liderando a su selección, aunque sí he leído que ha sido de lo poco salvable de una Macedonia que ha acusado su condición de cenicienta de la competición continental. Si la idea era que Enis se revalorizara en la Euro y fuera una de las soluciones al boquete financiero, sus compañeros no le han acompañado. En ‘clave Euro’, solamente he gastado algo de energía escribiendo unos tuits sobre lo cabezota que es Luis Enrique en sus decisiones. Su obsesión con no buscar alternativas a ese 4-4-3 que parece inamovible y no funciona, como si hubiera un decreto ley que lo obligara, y ese sinsentido de ubicar a futbolistas relevantes (como Marcos Llorente) fuera de su posición natural.

Además esta selección no cuenta con un futbolista que marque diferencias en las posiciones clave para soñar en grande: ni un central de jerarquía, ni un generador de fútbol de primerísimo nivel, ni un goleador, ni tampoco un guardameta que gane partidos con sus paradas. Faltan especialistas y líderes. Es lo que tiene intentar hacer comparaciones con el pasado, que es para echarse a llorar y los 24 salen perdiendo. Hay generaciones que son imposibles de clonar (como aquel Levante del ascenso del Centenario, que siguió con la permanencia en Mestalla y el histórico liderato) y todo lo que viene después parece un producto con taras. Y me parece inadmisible esa falta de empatía con el aficionado; ese vídeo que se ha viralizado de los jugadores a la salida del hotel hacia La Cartuja, de camino a la segunda cita ante Polonia, sin ningún gesto de cariño a los seguidores que les esperaban para darles el último grito de aliento. Sin esos que se dejan la voz, los que saltan al campo pasarían desapercibidos. La pandemia nos ha arrebatado el verdadero sentido del fútbol. Menos mal que poco a poco lo vamos recuperando. Os digo la verdad, no sufro con la Roja. Lo que me transmite es mucha indiferencia.  

Seguro que os preguntaréis qué narices hago escribiendo de España y no del Levante. No os lo voy a negar, también lo pienso yo mientras tecleo. Es como si me invadiera una necesidad de daros mi opinión sobre la participación nacional en la Eurocopa porque ahora es tendencia. Lo de que todos nos sentimos Luis Enrique (o Paco López), llevamos un seleccionador dentro y tendríamos la solución cuando las cosas salen al revés. ¿A qué viene todo esto seguiréis pensando? Que aunque haya mucho acontecimiento deportivo, lo que me genera adrenalina es el Levante. Lo que hagan los hombres de Paco, el regreso a Champions del Femenino 13 años después, la demostración de orgullo granota del Juvenil A pese al atropello que sufrieron en el Johan Cruyff o el temporadón del ‘futsal’ de Diego Ríos que disputará la final de la Liga ante el Barça con el premio de acceder a Europa por primera vez en su historia. Porque lo de las secciones está siendo la leche.

El Europeo, el Eurobasket en La Fonteta, el tenis o los inminentes Juegos Olímpicos conforman mi particular pretemporada. Tiritas para curar la herida que dejó una temporada con un final para olvidar por esas ocho jornadas de crispación y decepción tras la travesía en una Copa inolvidable, y para hacer más llevadera la espera liguera hasta la segunda mitad de agosto. Un recurso para saciar la necesidad de ver de nuevo rodar el balón y ojalá que por fin con ebullición desde la grada (tras el ‘partido piloto’ contra el Cádiz), con ese 70 por ciento de media que ha marcado Javier Tebas como propósito y que en el caso del Levante supondría un aforo de unos 18.000 espectadores. El regreso del público es una vuelta progresiva a la normalidad y una necesaria inyección de beneficios que no ha existido en las últimas temporadas, pendiente de comprobar cómo será la campaña de abonados en la que está trabajando el club. Habrá que pasar por caja y se premiará la fidelidad. El coliseo es ahora todo menos un campo de fútbol. Lo último, el pasado sábado fue el recinto de exámenes para las oposiciones de la Diputación. En el centro del campo luce desde hace unos días el escenario de ‘Les Nits del Ciutat’ que el sábado se llenará de ‘tiktokers’. La explotación del estadio es esencial para la supervivencia. Estoy pensando montar mi fiesta de cumpleaños allí. El 7 de noviembre hago 40 ‘tacos’ por si me queréis felicitar cuando llegue el día.

Lo que me sigue preocupando es cómo será el escenario económico a partir del 30 de junio, porque ahí es cuando verdaderamente acaba la temporada 2020/21, con la posibilidad de una prórroga (que no lo creo ni me parecería justo) que sería un alivio tremendo… y no solamente en Orriols porque en este jaleo del desfase financiero hay más clubes con el agua al cuello. Además del poco margen en adelante para conformar un proyecto en el que se producirán salidas de futbolistas importantes. La Eurocopa de Bardhi no ha sido para tirar cohetes, aunque seguro que llegarán propuestas a las oficinas por el macedonio. Veremos su cuantía. Lo único claro, a falta de la oficialidad con el clásico mensaje de agradecimiento por los servicios prestados, es el fin de ciclo de jugadores con trayectoria como Toño García (162 partidos oficiales en siete temporadas), Rubén Rochina (94 encuentros desde que debutó el 18 de febrero de 2018 en San Sebastián) y Cheick Doukouré.  

Para ocupar el vacío en el carril del ‘3’ y generar competencia a Clerc, que el Rayo Vallecano haya logrado el ascenso a Primera División tras remontar en Montilivi complica (y mucho) la llegada de Fran García, ya que la entidad franjirroja piensa ejecutar la opción de compra de dos millones de euros por el canterano del Real Madrid. Incluso meditaba dar ese paso sin haber obrado la gesta. Del rastreo de laterales zurdos en Segunda hablo de Fran porque es el que más me gusta. Es un cohete. Un De Frutos en la retaguardia. Tras el batacazo del Girona, la opción de Enric Franquesa adquiere ahora más relevancia de la que ya tenía. Es propiedad del Villarreal, con contrato hasta 2022, y con cuatro más en su posición con ficha de primera plantilla para la temporada 21/22: Pedraza, Alberto Moreno, Estupiñán y Quintillà. Ha sido su segundo año cedido tras el primero en el Mirandés.

Aunque la idea es incorporar a un lateral zurdo que ponga en apuros a Clerc, es evidente que la temporada del de Badalona ha congregado muchos focos. Ha sido uno de los mejores, pero la suya no es una demarcación que genere un traspaso suculento que sirva para ajustar cuentas. Con él o con cualquier otro pretendido, la intención es no malvender. En su caso hay que añadir que acaba contrato en 2022, por lo que el próximo curso lo arrancaría siendo el último como granota. El deseo en el Levante es prolongar su vinculación, pero al final, como en otras operaciones, el mercado acabará dictando sentencia. El que también empezará sabiendo que de momento será el último año que tiene firmado es Paco López. Hay una calma relativa sobre su futuro, que se tratará “el día que toque”, como así destacaba Quico Catalán en su última comparecencia, y a quien a su vez lo definió como el “entrenador ideal para el Levante”. Otra historia es el desgaste y las secuelas de una temporada plagada de contratiempos y situaciones de todo tipo. Los ciclos tienen fecha de caducidad y de esa realidad no se escapa absolutamente nadie. 

Mis últimas líneas de este 13 de noviembre son para agradecerle al División de Honor su compromiso, unión y valentía. Cabeza alta chavales. Caer con honor nunca es un fracaso. Aunque no lo parezca y lo que quede es que las semifinales de la Copa de Campeones juvenil (la Final Four que se disputará en Marbella) se escaparon por un arbitraje indignante, de situaciones tan frustrantes y errores tan determinantes se sale reforzado. Pablo Cuñat, Marc Pubill, Marcos Cano, Carlos Giménez, Joan Gallego, Benítez, Álvaro Guillén, Víctor Blanco, Álex Cerdá, Arturo Giner, Borja Calvo, Éric Iglesias… y los que me dejo. El futuro os pertenece. Hay continuidad para los Cárdenas y Cantero que han irrumpido para quedarse en la primera plantilla. Evidentemente que no hay sitio para todos y que los pasos deben ser lógicos. Está claro que hay mimbres para empezar a corregir el importante debe con la cantera. Vale la pena el esfuerzo. Creer y apostar, sin apresurarse.