VALÈNCIA. Mestalla no alcanzará su aforo máximo permitido -3.000 personas- esta noche para ver por tercera vez en año y medio a su equipo con la disputa de la 49 edición del Trofeo Naranja.
Todo ello es, en gran medida, una consecuencia de las medidas que Meriton continúa tomando a cabo para distanciarse de una masa social que desaprueba la pésima gestión llevada a cabo desde Singapur infringe día a día al equipo desde hace ya años.
Con la interacción en redes sociales censurada totalmente desde abril, el club sigue sumando acciones que le aíslan y le distancian de su entorno para evitar problemas a quienes se sientan en el palco del estadio de Mestalla.
Para evitar que Mestalla pueda ofrecer una respuesta contundente se duplicaron los precios para la disputa del Trofeo Naranja y se mantuvieron los precios de los abonos de 2019, pese a que aquella temporada el equipo jugó Liga de Campeones.
Para continuar el distanciamiento, se ha incrementado el apagón informativo. Por ejemplo, la inexistencia de ruedas de prensa de Bordalás en los post partidos de los encuentros amistosos disputados (tras el del Trofeo Naranja se producirá la segunda comparecencia del técnico desde que llegara a Valencia). Y para rematar la total falta de transparencia comunicativa el club ha adoptado la medida de no publicar parte médico alguno. Pese a tener a un gran número de futbolistas con molestias, el club no le da oficialidad alguna a las dolencias en una decisión que no ha sentado muy bien en algunos miembros del vestuario ya que entienden que pueden quedar señalados de cara al exterior: si no hay oficialidad médica de las dolencias ¿Por qué no juegan?
Tampoco el club informa ya del número de pases retirados en la campaña de abonos. La falta de transparencia crece día a día y los parámetros comunicativos del club cada día se acercan más a la descripción establecida en el último informe de Reporteros sin Fronteras sobre la libertad de prensa en Singapur. En el citado informe el país asiático ocupa el lugar 160 de un total de 180 estados situándose al nivel de estados como Sudán, Somalia, Tayikistán, Irak o Guinea Ecuatorial.