Hace tiempo que dejé de creer en que este equipo podía clasificar para Europa. Sin embargo, el Valencia que he conocido competía hasta el final. Eso es lo que esperaba, una reacción, un mensaje ilusionante, ambicioso, un club que pusiera todo lo que estuviera a su alcance para darle la vuelta a la tortilla.
VALENCIA. Garay, central titular de la final del Mundial 2014 con Argentina, subcampeón de la Copa América 2015, campeón en Rusia y Portugal y subcampeón de Liga con el Real Madrid, tras la derrota ante Las Palmas dijo que la realidad del Valencia es luchar por la salvación. A este nivel de mediocridad hemos llegado. La cuarta plantilla que más cobra de España tiene como objetivo la permanencia.
La jornada 20 no se cerró con el partido entre Las Palmas y Valencia. La jornada 20 ya estaba superada con las derrotas de Deportivo, Leganés, Sporting, Granada y el empate de Osasuna. Una jornada menos para el objetivo que se ha marcado el club, la permanencia.
En verano daba igual que Ayestarán hubiera hecho solo 10 puntos de 24 posibles y que su equipo dejara de competir cuando sumó 44 puntos. Renovaron a Pako y desecharon apostar por un entrenador curtido. No firmaron un delantero a pesar de las salidas de Negredo y Alcácer, con Rodrigo les bastaba. Los que estaban en la rampa de salida acabaron como capitanes, y los jugadores importantes para Ayestarán acabaron saliendo. Pasotismo, proyecto ‘low cost’ y a ver si sonaba la flauta.
Ya se entiende por qué no hacía falta una revolución, por qué no cumplieron con las peticiones de Prandelli. Ya se entiende por qué pasaron olímpicamente de Pitarch, por qué se pasa de la Copa, por qué no hace falta un medio centro defensivo ¿Para qué se va a invertir si el objetivo es tan poco ambicioso? El nivel de la Liga es tan flojo, que igual, con una veintena de puntos más sobra para conseguir la permanencia.
Hace tiempo que dejé de creer en que este equipo podía clasificar para Europa. Sin embargo, el Valencia que he conocido competía hasta el final. Eso es lo que esperaba, una reacción, un mensaje ilusionante, ambicioso, un club que pusiera todo lo que estuviera a su alcance para darle la vuelta a la tortilla. Sin embargo, Meriton da la temporada por perdida. Quedan 19 jornadas infumables y ni siquiera una Copa en la que poder ilusionarse. Meriton, me aburro. Me aburrís.