VALÈNCIA. El titular de este artículo parece tonto. Hablar del fútbol y emparejarlo con la alegría y la ilusión parece un recurso tan fácil por un lado como necesario en el fondo. El fútbol, para cualquiera, es un toque de esperanza diario seas del equipo que seas. Eso parece que es lo que entienden a la perfección los equipos llamados grandes y eso es también lo que transmiten los equipos normales y pequeños. El fútbol es magia, ilusión, alegría. Y cuando desaparece la magia irrumpe la depresión deportiva y de golpe y porrazo todas las noticias sobre un equipo se tornan terriblemente triste y despiadadas.
Y es llamativo observar cómo la gente se motiva con el detalle y pierde el oremus en los asuntos generales. En el caso del Valencia es evidente que la llegada de Gattuso ilusionó al personal de forma rotunda, pero lo cierto es que van pasando los días, florecen los rumores, las gestiones de uno y otro lado de paralizan. Y empieza a florecer de nuevo el desánimo y la frustración entre una afición que en absoluto se merece todo el castigo con el que está siendo bombardeado su Valencia.
Y por un lado seguimos a vueltas con el asunto de un nuevo estadio que huele ya a viejo y está rodeado de un montón de tropelías, y por el otro observamos como la plantilla de este club que llevamos todos en el corazón no se está reforzando convenientemente para que el Valencia regrese a ser ese Valencia que nos ha enamorado a todos toda la vida. Lo del nuevo-viejo estadio es soporífero y los nombres de jugadores que se vinculan con el Valencia pueden ser de gente muy trabajadora e incluso especial, pero sin duda resulta difícil motivas a un personal revolucionado de engaños temporada tras temporada.
Insisto en lo mismo que les estoy transmitiendo últimamente. Querer ilusionarse con esta escuadra de Meriton resulta casi del todo incomprensible. El equipo, la sociedad, va a menos temporada tras temporada y me encantaría pensar que algo va a cambiar en el futuro, pero lo veo complicado. Antes éramos uno de los equipos grandes de nuestra Primera División y los méritos del Valencia siempre nos arrancaron una sonrisa en el rostro y una alegría en nuestro corazón, sabiendo, eso sí, que no éramos los mejores entre los mejores, pero si teníamos un alma blanquinegra que nos recargaba el corazón deportivo semana tras semana.
Bueno, como me estoy poniendo pesado y posiblemente poco práctico voy a hacer un esfuerzo para transmitirles a ustedes unas gotas de ilusión en el futuro, pese a que a mi esa ilusión Meriton me la robó hace muchos años. Tengo muchas dudas pensando en el futuro, pero ese futuro me indica que el Valencia Club de Fútbol SAD sí tiene un alma realmente atractiva y positiva. El Valencia de corazón son todos ustedes los que sientes el escudo y yo por ustedes voy a pensar que nos espera un futuro positivo. Sería lo justo.