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Meriton sigue marcando distancias con los banquillos

16/09/2020 - 

VALÈNCIA. Tras la primera victoria del Valencia en liga esta temporada ante el Levante, Javi Gracia fue preguntado nuevamente por la política de refuerzos del club después de su explosiva rueda de prensa del viernes antes del encuentro. Su respuesta no fue tan explícita, aunque se mantuvo firme en el fondo de la reivindicación: "El resultado de hoy no cambia las necesidades del equipo. Son las mismas. Pero la victoria demuestra que los jugadores que tenemos, como Yunus o Esquerdo, tienen sus virtudes. Ahora bien, las necesidades desde mi punto de vista ya las sabéis. No es bueno estar constantemente diciéndolo y menos hoy después del partido. Los que han jugado merecen su reconocimiento". 

Esta declaración viene 48 horas después de que el entrenador se mostrara dolido e incluso "desgastado" luchando por unos refuerzos que le aseguraron que vendrían y cuya veracidad en esta promesa quedaba más en el aire que nunca tras la reunión mantenida en aquella misma mañana ante Anil Murthy y Miguel Angel Corona.

El evidente descontento del preparador navarro a nivel público se plasmó antes a nivel privado ante el propio Murthy quien el pasado viernes fue contrariado doblemente. Primero cara a cara, y luego en público. El enfado de Murthy, quien ya expresara en su día qué espera de los entrenadores (el concepto de "entrenador-funcionario") sólo viene a demostrar la complicada relación que Meriton mantiene con sus técnicos. Desde la propiedad del club no entienden que el inalterable orden jerárquico con el que funcionan por aquellos lares, no es aplicable al mundo del fútbol.

Es por ello que la relación de Meriton con sus entrenadores es complicada y llena de tiranteces. En primer lugar buscaron entrenadores sin recorrido (o con escaso bagaje) que no pudieran ser capaces de mantener un pulso público al estar agradecidos por la oportunidad de entrenar a un club como el Valencia CF. 

Nuno vino de la mano de Mendes y es evidente que no iba a poner problemas a los jugadores que le vinieran de Gestifute, es quién más claro tuvo el funcionamiento. Sin embargo, el desgaste en la calle del conflicto con Salvo y Rufete y una serie de malos resultados lo noquearon. Porque este es otro de los preceptos de Mériton: no le tiembla el pulso a la hora de ejecutar a nadie.

El resto, más de lo mismo. Gary Neville, Pako Ayestarán o Celades no tenían el bagaje como para echarle un pulso al dueño.  En el caso del inglés, además de por su manifiesta incapacidad laboral, por su relación de amistad directa con el propietario -a quién tampoco le tembló el pulso a la hora de pasarlo por la guillotina-.

Pako Ayestarán tragó con todo lo habido y por haber, y a los cuatro partidos ya estaba haciendo las maletas. Y en el caso de Celades, hizo algún tímido amago -que más tarde repasaremos- pero tampoco tenía la fuerza ni el bagaje como para exhibir públicamente discrepancias con la cúpula de mando por el rumbo de la política deportiva.

Quien primero puso el grito en el cielo fue Cesare Prandelli. El italiano llegaba en octubre tras ser fulminado Ayestarán y el 30 de diciembre se plantaba en las oficinas del club para pedir que lo finiquitaran harto de promesas incumplidas por parte de la propiedad: "Si antes estaba claro que se ficharía con seguridad cuatro futbolistas y ahora era uno y ni siquiera estaba todavía cerrado, algo no cuadraba. Por eso decidí no seguir flotando y he renunciado. Me voy con la cabeza alta y el sentido de haber intentado todo lo posible”. Además disparó a varias de las líneas de flotación marcadas por la propiedad, el distanciamiento, la frialdad de ejecución y la opacidad: "el club está dirigido por personas de números, pero el fútbol es un deporte que necesita pasión, sentimiento. Intenté abrir Paterna al público e intenté hablar con toda la prensa, incluida la que me decían que estaba en la lista negra. No teníamos que encerrarnos, no estamos en una dictadura".

Más cercanos quedan en el tiempo los roces con Marcelino García Toral en el verano de 2019. El cambio de rumbo de política deportiva era sólo la anticipación del polvorín en el que se iba a convertir durante todo el año la temporada. Dos hechos provocaron los desencuentros públicos. El no fichaje de Rafinha y la inseguridad de un refuerzo de entidad si finalmente era traspasado Rodrigo al Atlético de Madrid. "No sé qué opina Rafinha, no tengo ni idea y no sé tampoco sin puede venir o no. Me gustaría saberlo pero no lo sé" dijo en la famosa rueda de prensa del 24 de agosto en la que se pronunció la definitiva frase de los cangrejos "no se me pasa por la cabeza que se vaya Rodrigo y no llegue nadie, nos pondría en una situación muy difícil a todos. Tengo la certeza de que solo los cangrejos corren hacia atrás, por lo tanto no contemplo esa posibilidad". Diecisiete días después el asturiano era relevado de su cargo ante el estupor generalizado.

Incluso Celades acabó harto de los vaivenes y las indefiniciones del club y se mostró públicamente favorable a la renovación de Garay hasta en tres ocasiones. La primera, el 2 de enero antes del Valencia-Eibar, "Sí, están en conversaciones para esa renovación. ¿Me sorprende llegar a esta situación? Es la que es, ojalá que todo se hubiera solucionado antes, pero ahora lo ideal es que se solucione rápido y bien, que todo el mundo acabe contento y el jugador se sienta querido y valorado. Eso es lo más importante, que todo acabe bien". La segunda, tras el mencionado partido el día 4 de enero "como dije, cuando hay una situación como esta lo ideal es que no dure mucho y todas las partes queden satisfechas y que el jugador se sienta valorado y querido. Yo ahora veo todo en esa situación ¿Que si entiendo que pueda pedir dos años? Claro que sí, por pedir todo el mundo puede pedir lo que quiera. Es lícito que cada uno defienda sus intereses en una negociación". Y la tercera, y última el 3 de febrero antes de jugar Copa ante el Granada "Mi opinión sobre Garay sigue siendo la misma con independencia de la lesión. Se van a retomar las negociaciones y ojalá se pueda llegar a un acuerdo". Ni Garay, ni Celades siguieron en el club.

El último episodio se vivió el viernes pasado. Dicen que el club va a reaccionar (aunque no sentaran bien las palabras de Gracia) y va a traerle jugadores. Veremos si ha calado su discurso, pero deberá ir con pies de plomo. Los hechos demuestran que Meriton se las apunta todas y que ni perdona, ni olvida.

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