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Meritonanil en sobres

5/04/2022 - 

VALÈNCIA. No hay planificación deportiva que valga: ninguna. Todo está supeditado a un partido, en abril, para que las piezas encajen, casi cuando todo el mundo ya ha ido montando su puzle al completo. Tú, sin embargo, sigues mirando la mesa, con las piezas por ahí, desordenadas. No sé si la gente se ha concienciado aún o no. Bordalás es posible y se aferra a esa final de copa como una salvaguarda no solo para su palmarés (que está virgen en títulos), sino como garantía de que para el año que viene se pueda tener algo digno en plantilla o, al menos, mantener lo bueno que tienes ahora.

En parte sí creo que la gente ya está viendo claro que el chute de meritonanil, por vena, ha dado sus resultados esperados: adormecimiento progresivo, pasotismo y resignación. Ante el insomnio: ponga meritonanil, tres gotas antes de cada comida, no mezclar con alcohol, sobre todo a la hora de los partidos y antes de tomar decisiones y verás cómo tu malestar con la gestión del club se te va pasando, y de silbar y gritar en el minuto 19, pasas a mirar un anodino partido y a irte a tu casa a dormir, aceptando que todo esto es lo normal y que de aquí no nos va a sacar nadie. Porque…el hecho de que nos saquen de esta (que tengo mis dudas) ¿implica que quien venga sea mejor? Creo que no.

Que Mestalla renuncie ya a su etiqueta de estadio incómodo para ciertos cargos es algo que se viene viendo desde hace ya un buen tiempo. Y la verdad es que queremos (me incluyo) aplaudir, disfrutar, animar y pasar un buen rato en la grada. Lo malo es que cuesta a veces aplaudir, disfrutar y animar, porque todo lo que sucede no va en esa dirección, y vivimos cada partido como una auténtica final de emociones puntiagudas, de vaivenes descontrolados de estados de ánimo. Es lo que tiene hacer planificaciones deportivas tan deficientes, tan de última hora, tan carentes de criterio.

Me pregunto si el valencianismo quiere realmente que esta gente se marche, porque el silencio da otra imagen de su deseo. También me pregunto si solo es motivo de desánimo, como si ya supiéramos que no hay otra opción, pues han bloqueado, cual especie invasora, todas las posibilidades de erradicar su paso y sus lesivas decisiones. Ni dando la espalda, ni sacando los dientes, ni gritando, ni…nada de nada…y veremos si los juzgados dan al valencianismo más disconforme una opción de, al menos, plantar cara. Yo lo veo difícil: a estas alturas lo único que uno puede pedir es transparencia en la gestión y creo que ni eso podremos rascar.

El caso es que hay tanto ruido fuera que se nos está pasando por alto el fútbol tan flojo que a veces hace el equipo contra muchos rivales de esta Liga. Cierto es que estamos ante un campeonato complicado, peleón y que, en verdad, tu objetivo no está cada fin de semana (siempre estás lejos de Europa aunque te acerques), sino dentro de tres sábados. Esto es lo que te hace andar ya, porque en el campeonato regular tocar con las yemas de los dedos no te da acceso a nada. El juego es, en lo ofensivo, poco productivo, previsible, matapuntas, matamediapuntas y mataextremos, con esa propensión al pelotazo. ¿Puede hacer algo más el equipo? Claro, sin duda, pero ya no sé si tiene energías para ello o si las piernas y el coco le da para soportar esa tensión defensiva y ofensiva al mismo tiempo.

A mí me gustaría que no hiciera falta ni gritar, ni silbar, ni protestar. A mí me gustaría que la afición se dejase las cuerdas vocales apoyando a los jugadores para que vayan adelante, cantando el nombre del míster, para motivarle, hacer que los rivales se sintiesen intimidados por unas gradas apasionadas, llenas de fuerza. A mí me gustaría que nos pitaran los mismos penaltis que al Madrid (lo siento, debía ponerlo), que el director deportivo (si lo hubiere) ya tuviese a cinco jugadores de buen nivel preparados para venir, con o sin Europa de por medio. Me gustaría que el equipo hiciera jugadas muy bien elaboradas desde la defensa y que llegásemos arriba y diésemos otra sensación de peligro y no estar tirando melones y esperar a ver qué hacen los de allá arriba con semejante regalito. Me gustaría que Meriton aprovechase su fantasmal presencia para realmente no ser visible por nada malo, debido a una brillante gestión. Me gustaría eso, pero no lo tengo ante mí: quizá el meritonanil en sobres me esté haciendo efecto a mí también, y comience a desistir de la historia y el respeto que este club tiene y merece y a ver cosas que ni están ni son.

Si notas que, a pesar de todo, te conformas con quedar a mitad tabla, no te preocupa que todo quede supeditado a un único partido, que no tengas ni un solo refuerzo cerrado para el año que viene (porque no los tenemos), que los jugadores cedidos este año no sepan aún nada de nada sobre su continuidad (¡en abril!), que ya no te afecte lo del escándalo de las entradas para la final y las muchas lagunas éticas y dudas que dicha actuación pudiera suscitar en un momento dado (crear una línea un tanto confusa de reventas, etc.), o que te dé lo mismo pedir o no explicaciones al palco por todo ello y más, que te hagan callar, sin pudor, y que, realmente, tú te calles…bueno, pues si tienes estos síntomas, entonces es que estás bajo los efectos secundarios de meritonanil, de un gramo, en sobre, porque en cápsula aún se te puede atragantar más, sobre todo si eres un aficionado o aficionada joven. Manténgalo fuera del alcance del valencianismo: no requiere receta, sino solo dinero. Y aquí, de momento, el único que lo tiene es Lim.

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