/ OPINIÓN

“Mestalla es una certeza”

22/12/2022 - 

VALÈNCIA. El lunes, en un edificio de la Universitat, el colectivo Últimes Vesprades presentó la obra con la que la ilustradora Virginia Lorente recreaba su impresión de Mestalla. Una síntesis del alma de un lugar concentrada en dos ideas: 1) el acompañamiento, cómo miles de personas desconocidas acuden por el mismo caudal al mismo tiempo; y 2) la luz que estalla cuando Mestalla nocturno se enciende, como si se tratara de un fenómeno geológico.

En el acto intervino primero uno de los artífices del grupo, el ingeniero Josep González Vidal. Dejó dicha una frase importante: “para nosotros Mestalla es una certeza”. Podría parecer contradictorio: cómo va a ser una certeza un estadio aposentado sobre las arenas movedizas del tiempo, en permanente estado de caducidad. Tan contradictorio como el propio nombre del grupo: esas últimas tardes que se antojan las primeras para muchos. A poco de los primeros cien años, se entiende de forma nítida: Mestalla es el cordón umbilical que une a la sociedad con su propio club. Se ha convertido casi en la única ubicación que, frente a la deslocalización, recuerda que el Valencia juega en València.

Para evitar el síndrome del artista en gira, Mestalla ayuda a los kiatlim de turno a recordar que no deben gritar ‘gracias, Burgos’ cuando aterrizan en Suecia con Artes Gráficas. Pese a la tentación de que el Valencia sea tan solo una marca a la que instrumentalizar, el estadio tiene un peso tan sólido que al menos permite imaginar que todo el ecosistema simbólico que representa el club no puede estar en ningún otro lugar.

El episodio del viernes ante el Nottingham Forest -más una torpeza que una conspiración- refleja con claridad la importancia de tener en cuenta una máxima: contra lo que pueda parecer, Mestalla no es un edificio. Se demostró cuando en el último episodio de la Liga pasada Mestalla se llenó a pesar de que el público se quedó fuera. Considerarlo como un recinto al que sacarle partido, como un centro comercial cualquiera, es no saber de qué está hecho.

Entre tanta incertidumbre, Mestalla es la certeza. Encierra todas las claves sobre cuál es el sitio que debe ocupar el Valencia en el mundo. Mestalla es una sustancia en permanente cambio de estado. Cuidado con ella.