VILA-REAL (EFE). El entrenador del Villarreal B, Miguel Álvarez, aseguró que el encuentro que disputará su equipo este domingo en La Cerámica ante el Huesca en la Liga será un partido de “cuatro puntos” dado que ambos son rivales directos en la lucha por eludir el descenso.
El filial groguet es actualmente décimo séptimo con 24 puntos, solo uno más que el Huesca, que es el décimo noveno y ocupa la primera plaza que supone el descenso directo al final de la Liga.
Para el entrenador del Villarreal B, el Huesca es un equipo "más fuerte a nivel defensivo" desde que está el nuevo entrenador, Antonio Hidalgo. "Es un adversario difícil para meter mano, pero estos partidos hay que competirlos y ser consistentes. Este partido es de cuatro puntos al ser un rival directo”, insistió.
El técnico defendió que su equipo es otro como local, mucho más sólido que la versión que dan como visitantes. “Han pasado muchos días desde el último partido en La Cerámica y tenemos ganar de volver. Las sensaciones del equipo son buenas y en casa tenemos ese equilibrio que no estamos mostrando fuera”, apuntó.
Preguntado por si espera una mayor presencia de público en La Cerámica, Miguel Álvarez afirmó que ha aprendido "en la vida a no esperar nada de nadie", pero sí que lamentó que no vaya más gente a los partidos y admitió que les vendría bien y que el público disfrutaría.
“La gente que viene a vernos es muy fiel y apoya mucho, pero es muy poquita. No lo entiendo. Necesitamos que vengan y nos ayuden porque los rivales son de mucho potencial. El fútbol es del aficionado”, recalcó Álvarez, que subrayó el mérito que supone su presencia en esta categoría. "Hay que disfrutar de la dinámica del Villarreal B. Si no hay otro filial en Segunda es porque es muy difícil y nosotros estamos”, concluyó.