VALÈNCIA. Hoy juega Quico Catalán ante el Patronato de la Fundación. Hoy es el día en que el Consejo ha de rendir cuentas, otra vez y después de ser suspendido pero ratificado con las últimas cuentas en la mano, ante la máxima accionista del Levante. Con alrededor de 40 millones de euros en pérdidas en dos cierres de ejercicio consecutivos, un no ascenso que deja al club tocado y al borde del abismo -si no se toman medidas que pasan, entre otros escenarios, por la comparecencia del presidente de hoy-, y con la imperativa reducción del límite de coste de plantilla, Felipe Miñambres se ha puesto a mover el mercado.
Todavía no se ha producido la primera salida importante del club -en materia deportiva-, próxima y que, si nada se tuerce, debería ser oficial en los próximos días, y el ejecutivo astorgano ya ha aprovechado una oportundidad de mercado para firmar por tres temporadas -más una opcional- a Óscar Clemente, un futbolista que tapa un agujero sobre el verde: el que deja Joni Montiel. El madrileño hará pretemporada con el Rayo Vallecano y parte con muchas papeletas de restar en la plantilla de Francisco tras el buen final de temporada en Segunda. Clemente es, como Joni, zurdo. Y, como el próximamente exgranota -este próximo viernes expira su préstamo en el Ciutat-, puede jugar por dentro o caer a banda.
La diferencia es que, si este curso Montiel ha sido indiscutible en casi la totalidad de la temporada, el de Las Palmas aterriza libre en Orriols sin ser pieza clave en ninguna de las tres campañas en la isla. Porque la recién concluida la empezó encontrando espacio en los planes de García Pimienta, pero la concluyó saliendo de sus esquemas en el tramo clave. Sin alarmas en su historial de lesiones, el centrocampista canario jugó 40 minutos en los últimos 12 encuentros ligueros. Su fin de contrato -el único que firmó en el cuadro amarillo desde su llegada procedente del Atlético de Madrid- y sus emolumentos asumibles, completan un perfil de operación a la que se abonará el club este verano.
Es la idea. Futbolistas asequibles para las arcas de Orriols, que conozcan la categoría y que formen una plantilla apta para, en base a una absoluta economía de guerra en la planificación deportiva, tratar de pelear de nuevo en la parte alta de la Segunda División. Sin embargo, la rampa de salida sigue siendo la parcela primordial para un Felipe Miñambres y compañía que abrochan la segunda decisión deportiva del nuevo Levante tras aquella que acabó con la no ejecución de cláusula de escape de Javi Calleja y la ratificación del técnico para el próximo curso a pesar de fracasar en el intento de regresara a la élite.