VALÈNCIA. El director deportivo del Levante, Felipe Miñambres, explicó este jueves que el despido de Javi Calleja la pasada semana fue para dar “un giro de tuerca” en un equipo que llevaba cinco partidos sin ganar y que estaba a tres puntos de la zona de promoción de ascenso a Primera.
“Se tomó la decisión de dar un cambio, un giro de tuerca para tratar de conseguir más cosas de las que estábamos consiguiendo”, dijo Felipe en la primera comparecencia pública desde el despido de Calleja el pasado 19 de febrero, ya que la rueda de prensa prevista la semana pasada fue aplazada por el trágico incendio sucedido en València.
“Después del partido de Ferrol se piensa que es una situación que requiere tomar una decisión. Cuando cambias a un entrenador es por resultados y no se estaban dando. Yo soy un directivo del club y en esta decisión también tengo mi parte de responsabilidad”, agregó.
Felipe, que admitió que Calleja se había “sorprendido” cuando le comunicó su despido, afirmó que la decisión de que él asuma la labor de entrenador hasta final de temporada se tomó en consenso con el presidente, Pablo Sánchez, y el consejero delegado, Pepe Danvila.
“Es una situación coyuntural, deportiva y de confianza. Si no confiasen en mí, sería otra persona. A lo mejor en otra situación también habríamos podido valorar otras opciones. Pero tienes que adaptarte a la situación y es lo que hay. No pienso en otra realidad, la realidad es la que hay y nos tenemos que adaptar. Entre mejor nos adaptemos, y antes lo hagamos, mejor sabremos cómo resolverlas”, aseguró.
Miñambres afirmó que independientemente de lo que ocurra al final de temporada va a seguir en el Levante como director deportivo y confesó que no quiere ponerse en el escenario de que los resultados no sean buenos y tenga que plantearse otro relevo en el banquillo antes de final de curso.
“En el fútbol no se puede garantizar nada. Sé que me voy a sentar en el partido contra el Oviedo. No se puede garantizar nada y menos en la posición de entrenador, que es la más inestable. Tenemos el convencimiento para hacer bien el trabajo bien, las cosas pueden salir. Si no salen ya se verá. A día de hoy sé que el próximo partido estaré en el banquillo”, dijo.
“Que esté yo ahora es una responsabilidad extra para mí, no le veo el problema. Me toca asumir una responsabilidad mayor y diferente a la que tenía, no me toca esconderme en trincheras. Si me toca dar la cara, la doy. Cometo errores, pero no soy una persona que se esconde detrás de nadie. Si los resultados son buenos, seremos héroes, y sino yo seré un desastre”, añadió.