Mirar hacia arriba

VALÈNCIA. Se presenta una jornada propicia para escalar en la clasificación. Está claro que primero hay que ganar al Granada, que no vendrá a Mestalla a regalar nada pese a que atraviesa un momento delicado. Pero si el Valencia mantiene la buena dinámica de un último mes en el que no conoce la derrota y el resto de marcadores juega a su favor, los tres puntos le permitirían situarse en una magnífica posición en la tabla.

Insisto en que primero hay que vencer al Granada. Sin ese triunfo no vale ninguna cábala. El tropiezo escocería demasiado. En el supuesto de lograr los tres puntos, el Valencia se asentaría en la zona medio-alta de la clasificación. Creo que sería un buen momento para aumentar el nivel de exigencia en el vestuario. Para subir el listón unos centímetros como se hace en el salto de altura. Es decir, fijarse el objetivo de competir sin complejos con los equipos que aspiran a entrar en Europa. Ya se hizo ante el Athletic y el resultado fue favorable. Luego, que pase lo que tenga que pasar. Porque considero que mirar hacia arriba es la mejor manera de mantener la intensidad y, de esta manera, evitar volver al barro clasificatorio.

Con esto no digo que ya me veo en Europa. No me estoy viniendo arriba. Pero creo que habría que animarse y ser ambiciosos para no caer en el conformismo. Estar a más de diez puntos de la zona roja de la tabla cuando el objetivo es no bajar de categoría, puede llevarte a la relajación. No me despistan los últimos resultados. Soy consciente de la plantilla que hay. Pero tampoco me gustaría que, una vez situado en la zona de confort, el equipo se relajara y la tónica de la temporada fuera transitar por la mediocridad. Sería muy aburrido.

Estoy convencido de que esta misma exigencia de la que hablo la transmite Baraja en el vestuario. Por eso se explica el magnífico rendimiento de un equipo de chavales. En apenas unos meses, los niños de la Escuela han sido capaces de cambiar un estado de ánimo. El de Mestalla. Ese es su gran mérito. Más allá de las polémicas con Peter Lim, el campo se llena domingo tras domingo, hay ilusión en el ambiente, y la afición está orgullosa del rendimiento de sus futbolistas. Eso es, sin duda, el mejor aval que nos está dejando la temporada.

Es una pena que ni la dirección deportiva del club ni su propietario hayan estado a la altura. Estoy convencido que con tres fichajes de más nivel, el Valencia estaría ahora en puestos de Liga Europa. Nuestro futuro clasificatorio va a depender de las bajas. La plantilla es demasiado corta y tanto las lesiones como el cansancio se acusan en exceso. Si hay ausencias de futbolistas clave, el equipo bajará muchos enteros. Pero si las lesiones nos respetan, y hay alguna buena noticia en el mercado de invierno, quizás sería un buen momento para cambiar de objetivo.