La yudoca del Proyecto FER se lesionó durante el Campeonato de Europa cadete de Lituania y no ha podido cumplir con sus objetivos
VALÈNCIA. No ha sido el año que Mireia Rodríguez (09/11/2000, Castalla, Alicante) esperaba. La yudoca del proyecto FER estaba conquistando los tatamis de España en la categoría cadete hasta que el pasado 30 de junio se lesionó. “Lo más duro ha sido no entrenar y no poder ir a las competiciones”, cuenta Mireia. La deportista alicantina iba a participar en el Campeonato de Europa cadete de Lituania pero se fracturó la clavícula en el calentamiento previo al primer combate.
Lejos de darse por vencida, decidió viajar a Santiago de Chile para participar en el Mundial con el que tanto había soñado. Su fortaleza no fue suficiente en esa ocasión y no pudo pasar del primer combate en octavos de final. Como consecuencia, Mireia optó por no ir al Europeo junior en Eslovenia en septiembre, a pesar de haberse ganado la clasificación siendo cadete. “Ha supuesto mucha frustración ver que cuando ya había conseguido clasificarme a las competiciones con las que había soñado toda la temporada me lesioné. Pero son cosas que pasan en el judo y en el deporte, y hay que superarlo y seguir”, se lamenta la yudoca.
El año 2016 fue el de Mireia, sin ninguna duda, en la categoría cadete. Consiguió la medalla de plata en el Campeonato de España, la séptima posición en el Campeonato de Europa de Finlandia, fue campeona de la Supercopa de España júnior de Amurrio y de la Supercopa de España de Vigo y fue medalla de bronce en la Copa de Europa de Málaga. La deportista del Proyecto FER se siente “muy orgullosa” de todos sus logros “pero en especial de mi primer campeonato de España”. A pesar de que el 2017 no haya sido como el año que le precedía, asegura que “esta última temporada he aprendido mucho”.
Un año que acaba, por fortuna, y Mireia espera “volver como antes o mejor ya que este año soy junior y todo cuesta más”. La yudoca piensa ya en sus próximos retos y no en los que ha dejado atrás: “Mis objetivos de este año son hacer una buena actuación en el campeonato de España y la clasificación al europeo”.
Desde aquella Mireia que empezó sus primeros pasos en el yudo porque era “muy nerviosa”, la que dejó que este deporte fuera más que una afición cuando empezó a participar en Copas de España la categoría infantil, ahora hay una deportista que quiere que el judo siga siendo una parte indisoluble de su vida. Con la ayuda del Proyecto FER “no sólo económica sino que se interesan por nuestro bienestar, nuestros objetivos y nuestros sueños”, la máxima aspiración de Mireia es “ganar una medalla en un mundial o en las Olimpiadas”.