VALÈNCIA. La deportista valenciana Mireia Cabañes, de 34 años, participará a principios de diciembre en el Mundial de surf adaptado que se celebrará en California (Estados Unidos) después de haber conseguido hace unos días la medalla de plata en un Campeonato de España que afrontó en Pontevedra apenas unos meses después de haberse subido a una tabla por primera vez.
“No está nada mal. He acabado súper contenta porque he competido con gente que lleva ocho años haciendo surf y la diferencia no ha sido mucha”, explicó en una entrevista con EFE horas después de haber sido convocada por la selección española.
“El puesto es lo de menos, lo más importante es que los dolores me han dejado cumplir mi sueño, aunque es verdad que ha sido bastante complicado, no surfeé todo lo bien que sé por el dolor y cuando acabé me tuve que ir directa a la camilla y estuve hora y media quitándome contracturas y relajando los músculos”, recordó.
“En la semana que estuve entrenándome en Portugal el agua estaba tan fría que me multiplicó las contracturas musculares que ya tengo. De hecho, los fisios me decían que no sabían cómo había podido hacerlo. Además a la cuarta ola perdí las lentillas así que competí coja y ciega”, explicó con buen humor.
A Cabañes le detectaron con siete años un sarcoma de Ewing, un cáncer óseo que obligó a amputarle la pierna izquierda y a practicarle una rotoplastia de Van Ness, una cirugía en la que tras cortarle la extremidad desde el fémur le reimplantaron el resto de la pierna, desde la rodilla hasta el pie, pero al revés, de forma que la rodilla hace función de cadera y el pie de rodilla.
El dolor crónico se agudizó en los últimos años, pero hace apenas siete meses, se planteó la posibilidad de empezar a surfear, un deseo que había tenido desde pequeña y que se ha convertido en parte de su rehabilitación.
“Estoy aprendiendo a saber qué puedo hacer en la tabla, pero además estoy ganando masa muscular en el abdomen y las lumbares y eso me está ayudando con la columna. Tengo el paso más firme. Es una forma de rehabilitación, pero divertida”, señaló.
“El surf me ha devuelto la vida, cuando empecé no estaba en depresión pero casi, pero ir al agua, ver que puedo hacerlo y además ver que estoy recuperando cierta movilidad en la pierna que tengo malita, me da la vida”, confesó.
Cabañes tiene ahora un mes para ultimar su preparación para la cita y acelerar su evolución. “La idea es ir a Fuerteventura y cambiar algunas posiciones, pulir los giros y sobre todo la estrategia, que es algo que no controlo nada”, reconoció
“Además, acabo de empezar con un psicólogo deportivo porque entré en el agua muy confiada y de repente me puso súper nerviosa. Me cuesta mucho focalizar la atención. En la primera sesión me ha dicho que ha ido bien pero creo que ahí queda mucho trabajo por hacer”, admitió.
Eso sí, viajar a Estados Unidos le impedirá estar en la boda de una de sus mejores amigas. “Es el 4 de diciembre y lo teníamos todo súper organizado. Yo era una parte más de la boda así que aún tengo sentimientos encontrados. Se puso a llorar cuando se lo dije pero lo entendió y se alegró mucho por mí. Me dijo que le trajera la medalla de oro y me perdonaba”, relató emocionada.
Acostumbrada por la vida a no hacer planes a largo plazo, Cabañes admite que mira de reojo la fecha de 2028, en la que el surf puede entrar en los Juegos Paralímpicos, pero asegura que sabrá adaptarse a lo que venga.
“Para 2028 creo que el tiempo sí que me da, lo que no sé es si me pillará demasiado viejecita. Si no pudiera, ir focalizaría toda mi energía en que pudieran ir todas las chicas más jóvenes que estoy conociendo”, explicó.
“Ahora voy a centrarme en el Mundial y el año que viene otra vez en el Nacional pero no tanto por ir a por el oro, sino a mejorar mis registros y a subir en el ranking”, añadió.