Modus operandi

VALÈNCIA. Han llegado fichajes, y sin ser una efeméride a celebrar, es cierto que no deja de ser noticia que un equipo que llevaba un año sin incorporar ningún futbolista haga tres incorporaciones en 48 horas; eso sí, cedidos ya que el máximo accionista está decidido a no poner ni uno.

Hace muchos años que un maestro del periodismo como Paco Nadal me enseñó una máxima que sigo a rajatabla "no mates a ningún futbolista antes de verlo jugar porque siempre tendrán opción a taparte la boca". Así que dicho eso -no conozco, ni he visto jugar a ninguno de los tres-  mi más ferviente deseo es que les vaya más que bien, porque eso significará que la va bien también al Valencia CF, que es de lo que se trata. Y pese a que si sale bien la jugada nos tocará volver a aguantar toneladas de nauseabunda propaganda singapurense, cualquier factor que sirva para alejar al Valencia CF de los lugares más peligrosos de la tabla clasificatoria, bienvenido sea.

“Ahora mismo, tenemos una plantilla que es suficientemente fuerte para competir. La pandemia nos ha dado la oportunidad de rejuvenecer el equipo y crear una conexión más fuerte entre la Academia y el primer equipo. Tenemos un grupo sólido ahora mismo, que celebra incluso que jueguen los jóvenes. Ahora, sabemos que podemos contar con algunos de ellos en el caso de que el mercado no nos permita cubrir todas las posiciones o si hay lesiones. Hay una conexión muy fuerte entre el primer equipo y la Academia”, no son palabras mías. Ni siquiera de Gracia o de Corona, son palabras del presidente -y autoproclamado director deportivo "in pectore" Anil Murthy en septiembre. Con lo cual, las cuatro llegadas -sumo la recuperación de Piccini- demuestran que no había la plantilla de color de rosa que describió el presidente ante las incisivas e independientes preguntas realizadas desde la prestigiosísima revista Batzine.

Y por encima de todo esto -repito, deseando que los jugadores tengan el mejor rendimiento posible- el problema es que la gestión vuelve a ser un absoluto disparate. El primero en llegar fue la posición en la que no buscabas -delantero- Cutrone. El segundo la de central -Ferro- y por último llegó el futbolista para la posición que (según el propio club) era prioritario reforzar: la de mediocentro defensivo. Otra vez los hilos de Mendes (al menos en dos de las tres llegadas) marcan las líneas maestras a la hora de fichar. El interés de Mendes por encima de la necesidad de un club al que se ha empequeñecido tanto desde su propiedad que hay quien reclama una celebración porque han llegado tres jugadores a los que probablemente no habrán visto en la vida. Si los intereses del club estuvieran por encima de todo, los jugadores hace semanas que deberían haber llegado. Llegan en febrero para una liga que se acaba en mayo. Saquen cuentas.

No es este el modus operandi normal a la hora de fichar en los clubes por más que nos pretendan convencer de lo contrario. De hecho llevan tiempo intentando convencernos de que es normal todo lo que ha ocurrido en el último año y medio cuando si algo no es, es ni medio lógico. Por cierto, si es cierto que Corona -como les cuenta a algunos- llevaba ya los futbolistas trabajados desde hace mucho tiempo, esa frase implica un remate "ergo si no han venido antes, es porque no lo ha querido Meriton". Que se ande Corona con ojo que Singapur toma matrículas, y ni perdona, ni olvida.

PD: sé, que por criticar el modus operandi en la política de fichajes, habrá quien salga a decir que los he puesto -a los jugadores- a caer de un burro, o que me alegraré si salen mal. Nada más lejos de la realidad, pero ya sabemos que la realidad y la propaganda interesada hacen mala pareja.