VALÈNCIA. 20 de mayo de 2022, en Vallecas. Fue el último día que José Morales portó el brazalete de capitán del Levante. Tras aquella tarde, con contundente victoria granota pero con el equipo ya descendido a Segunda, se precipitaron los acontecimientos que acabaron con el Comandante fuera de Orriols, firmando en el Villarreal y con gran parte de la hinchada levantinista frunciendo el ceño ante tal salida. Una marcha, libre, acelerada por la cláusula liberatoria impuesta en la anterior renovación del futbolista en caso de descenso.
A pesar de ello, con tal asterisco en su contrato y con el Levante abocado a los infiernos y tratando de huir del destino de la Segunda División durante toda la temporada, Morales juró amor eterno. Dijo que nunca abandonaría el barco y esas palabras fueron guardadas en caja fuerte. Una parte mayoritaria de la afición no le perdonó su marcha a La Cerámica. El capitán hizo las maletas en busca de un reto europeo, pero nunca dejó de pisar el Ciutat, como si su regreso antes de su retirada estuviese, de alguna forma, en la hoja de ruta de su carrera.
Llegó el momento. Morales regresó y ya es el capitán, dos años y tres meses después. El club anunció sus cuatro dueños del brazalete. Desde la pasada campaña, solo quedaba uno: Pablo Martínez. Y el madrileño está a punto de abandonar Orriols. Con Iborra lesionado, Morales fue el capitán elegido por Calero, pese a que otro de los nuevos líderes con insignia también figuraba sobre el terreno de juego: Andrés Fernández.
Con el próximo y previsible traspaso de Pablo, Iborra será el primer capitán sin discusión y, tras él, Morales. El '11' granota lucirá brazalete en muchos encuentros en Orriols y es probable que así sea la próxima semana, ante el Cádiz, en la vuelta de Paco López a Valencia.