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opinión / Peleando a la contra 

Mr. Hyde

11/11/2019 - 

VALÈNCIA. ••• Jarrear. Me gusta ese verbo. Llover copiosamente, dice el diccionario. Como si cayeran jarros de agua del cielo. De agua fría para el Llevant. Le jarreó, además de la lluvia, San Mamés encima. Le vino grande la Catedral. El equipo no estaba preparado para sumar, a los elogios del día del Barça, los de una victoria en Bilbao, que con  convencimiento hubiera sido posible. Es curioso este grupo: Paco López, a base de cafés, los convenció de que eran buenos y consiguió edificar uno de los mejores Llevant de la historia. Y ahora el grupo se balancea en su debilidad psicológica, sin que el mismo López, que entonces obró el milagro, acabe de poner remedio. En la previa hablé de Campaña como termómetro del equipo. Creo que los tiros van por ahí: su peso en el once provoca que su estado de ánimo (y ya saben que el fútbol es un estado de ánimo) se contagie a los demás. Y, por ende, su fragilidad es la de todos. También sus virtudes, cuando aparece el Dr. Jekyll. Yo, la verdad, tengo curiosidad por ver hasta dónde sería capaz de llegar este equipo, donde hay futbolistas con una proyección enorme, con otra gestión de Campaña, menos complaciente con su manifiesta irregularidad. 

••• Garitano es un tipo listo. En realidad el Athletic no es gran cosa, pero sus chicos mueren  por el escudo. Eso va de serie. Y es un plus enorme. Tenían indicaciones claras: asfixiar la salida de balón blaugrana, robar y armar el ataque con el Llevant a contrapie. Sucedió una y mil veces. Sobre todo en la primera mitad. De ahí nació todo el peligro: media docena larga de ocasiones claras. Los levantinos cayeron una y otra vez en la telaraña bilbaína. Los mismos errores jugada tras jugada: pérdidas y descolocación. Balones regalados a un Athletic que se lanzaba en desbandada hacia Aitor. Radoja no daba abasto. Vezo tampoco. Ambos trataron de llegar a todo, pero no son superhéroes. Con lo que Aitor se hubo de poner la capa, otro día más. Y mantener al equipo con vida. La goleada pudo ser de escándalo. Jarreaba. Agua helada.

••• Melero y Campaña imprecisos, Mayoral lejano, Morales desaparecido. Apenas Bardhi mostraba malicia, combinando con Clerc, de nuevo flojo en defensa. El equipo se parecía demasiado al de Butarque, salvado por los paradones de Aitor y la mala definición de los delanteros rivales. Entonces el Llevant miró el marcador y se sintió vivo. Y más aún tras firmar su primera salida de balón exitosa, en el 34'. Y con algunos acercamientos al área. Se estiró y el mayor acierto en los pases le permitió tomar aire. Tal vez era posible el guión de Leganés: jugar mal y ganar. Con Aitor inspirado, máxima efectividad y una alta dosis de fortuna. Pero esa carta no sale siempre. De hecho, no suele salir nunca.

••• Ayer tocaba la faceta Mr. Hyde, la que pide látigo. Podríamos copiar y pegar fragmentos de la crónica del Espanyol, de Leganés, de Sevilla y montar un frankenstein para construir el relato de lo sucedido. El Llevant parecía por momentos un sparring. Encajando golpes y golpes sin reacción. La imprecisión suele estar relacionada con la mala disposición táctica y esta, machacada en la pizarra toda la semana, suele fallar por la falta de intensidad y de actitud, que pensábamos que se habían desterrado tras la bronca del día del Espanyol.

••• El partido pudo ser muy distinto, sin embargo. Lo que son las cosas. Al golpe de suerte, a balón parado, del 0-1 de Postigo, con remate de karateca, pudo sumarse en el 47', en la única acción pertinente de Morales, el 0-2 de Campaña. No sucedió y  el encuentro se escoró a la ya clásica ruleta rusa, tan espectacular para el espectador neutral. El Llevant pecó de soberbia, no entendió el botín que representaba aquel inmerecido 0-1 y en vez de dormir el partido, esperar una contra,  ajustar las marcas y frenar el ímpetu bilbaíno, aceptó el envite. Y a los puntos apenas tenía opciones. Pero el míster no lo vio. Por eso Vukcevic no salió hasta el 82'; por eso en ese momento aún seguían sobre el césped Morales, Campaña o Bardhi, fundidos.

••• El gol del empate fue la enésima tragedia que retrata la realidad de este equipo: balón largo para Capa que parece que se marchará fuera, pero que no da por perdido. Campaña, en vez de encimar al rival, sigue la jugada con la mirada y le permite  controlar y centrar cómodamente. En el otro extremo de la jugada, Muniain remata de cabeza solo, ante la mirada resignada de Postigo y Miramón. Y también de Aitor, que esperó a ser fusilado desde dentro del arco. Con otros protagonistas y circustancias similares el Athletic tuvo, antes del 1-1, muchas opciones como ésta que un once enchufado jamás debe conceder.

••• Libres directos. Con 1-1 el Llevant tuvo una buena falta que Campaña le quitó a Bardhi para malograrla de forma ridícula, enfurruñado con la barrera. También un pase de la muerte que Morales, egoísta, decidió no asistir. Aún hubo, en el 72', un balón de béisbol de Aitor al capitán granota que en otro tiempo no hubiese perdonado. Que nadie se lleve a engaño: fueron jugadas aisladas en un océano de ocasiones rojiblancas. Cuando Stevenson escribió Dr. Jekyll & mr. Hyde pensaba sin duda en este Llevant, capaz de lo mejor y de lo peor, más allá del resultado.

CLAVES, por Borja Bens.

• El primer gol del Athletic debería haber sido revisado por el VAR, pues parece que la pelota sale por la línea de banda antes de que Capa centre. 

• En ese 1-1 Aitor podría haber salido a por el balón. Muniain remata muy de cerca, en el área pequeña.

Capa remata a placer en el 2-1, con una autopista por delante. El balón pasa junto a dos jugadores granotes que sencillamente lo ven pasar.

• El único peligro que creó el Llevant fue a balón parado.

EL COMENTARIO, por Borja Bens.

Por primera vez Paco López alineó el mismo once por tercer partido consecutivo, y la jugada no le salió igual de bien que en los dos anteriores. En momentos puntuales el equipo pareció el mismo que contra el Barça y la Real. En esas fases del partido  llegó el gol y se provocaron dos faltas cercanas al área rival, fruto de encerrar al Athletic en su área, pero la realidad es que los bilbaínos llegaron una docena de veces a portería con peligro y Aitor se anotó otra exhibición de paradas. Todos sabíamos que San Mamés era un campo díficil y puntuar allí habría sabido a gloria.

Athletic 2-1 Llevant San Mamés Berria 33.000 espectadores

UNO A UNO: Aitor (7); Miramón (5), Vezo (7), Postigo (4), Clerc (5); Campaña (5), Radoja (6), Melero (6) (Vukcevic (sc) 82'), Bardhi (6); Morales (4) (Roger (sc) 87'), Mayoral (4) (Hernani (4) 75').

—Paco López (5)

GOLES: 0-1 Postigo 45'; 1-1 Muniain 57'; 2-1 Capa 88'.

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