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/ OPINIÓN

Murthy es el mejor... en una sociedad de peores

19/05/2022 - 

VALÈNCIA. Un espectáculo dantesco. Nunca el nombre de ningún equipo de fútbol había sido tan arrastrado como le está sucediendo al Valencia. El titular de este artículo, made in Vicent Molins, define a la imperfección la intolerable forma de ser del actual presidente del Valencia, pero yo añadiría sin riesgo de equivocarme, que el máximo responsable de todo lo que hoy en día está aconteciendo en Valencia es el máximo accionista de la mercantil y es a Peter Lim al que debemos señalar con el dedo por la patética imagen que un equipo con la solera del Valencia está ofreciendo al mundo entero. Y eso es dramático y mañana sábado en las rodalías de Mestalla vamos a sentir la cabal opinión de una afición que sin duda es la auténtica dueña de este equipo de fútbol.

El fútbol no es un negocio

Intentar vender que el mundo del fútbol es simplemente un negocio, es tratar de tomar el pelo a la auténtica realidad de este deporte. El fútbol no es únicamente como un negocio cualquiera. Las sociedades anónimas deportivas -menos los cuatro clubes que se libraron de eso: Osasuna, Athletic, Real Madrid y Barcelona- nacieron con la intención de meter raciocinio al mundo de este deporte, pero la realidad nos indica que en muchos casos eso no ha sucedido. Y mas concretamente, en el caso del Valencia, es que una terrible mala gestión llevo a la entidad a la venta y una más que terrible elección y aprobación del comprador acabó por casi regalarle el club a un tipo como Peter Lim que no para de arrastrar por el fango la imagen de esta querida entidad.

El valencianismo se mueve

Y francamente, el valencianismo se ha puesto en pie de manera global gracias al ridículo absoluto mostrado por Murthy en una comida con empresarios. Las palabras del actual presidente del Valencia, desveladas por Superdeporte, son un insulto enorme al corazón y el cariño que tienen por su club miles de valencianistas. El daño es tremendo y la solución tan compleja como de obligado cumplimiento. El Valencia está herido de muerte en las manos de sus actuales máximos responsables, y la solución se antoja complicada y terriblemente triste.

Una imagen terriblemente dañada

El Valencia, históricamente, siempre ha sido un equipo con el objetivo de dejarse la piel en el campo y de mirar siempre a Europa como un objetivo obligatorio. Todo eso tristemente ha cambiado de forma indigna. El Valencia hoy en día está lejísimos de Europa y todo lo que se intuye a medio y largo plazo es un hipotético descenso a segunda división. La imagen está terriblemente dañada y la única solución que se vislumbra en un futuro más o menos irreal es que la entidad cambie de manos lo más pronto posible.

Las mil mentiras

Las palabras grabadas de Murthy están repletas de mentiras bochornosas. Los audios son vergonzosos y l razón de los mismos, la razón de que sí se produjeran, resultan del todo inexplicable. Nunca un teórico presidente del Valencia se ha arrastrado de una manera tan bochornosa por el fango y nunca la imagen de esta entidad histórica ha hecho tanto el ridículo por el mundo entero. El daño es terrible y la solución compleja. Y yo, que soy un periodista que ya no vive de dar noticias, sí de comentarlas, entrego públicamente mi pluma y todo mi cariño a los miles de valencianistas que se van a dar cita en los aledaños de Mestalla antes del último partido de Liga.

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