Anil Murthy se convertirá el próximo 1 de julio en el nuevo presidente del Valencia, una vez se haga efectiva la dimisión de Layhoon Chan, accediendo a un cargo novedoso para él, con una dilatada carrera como diplomática pero sin experiencia en el mundo del fútbol
VALENCIA. Anil Murthy se convertirá el próximo 1 de julio en el nuevo presidente del Valencia, una vez se haga efectiva la dimisión de Layhoon Chan, accediendo a un cargo novedoso para él, con una dilatada carrera como diplomática pero sin experiencia en el mundo del fútbol.
Murthy, licenciado en París con un Diploma en Ingeniería eléctrica y mecánica, llegó al Valencia en el pasado mes de octubre, después de aceptar la propuesta que el hizo Peter Lim para llegar al Valencia CF.
Con anterioridad a su llegada al Valencia, había ejercido de diplomático con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Singapur, especializado en asuntos europeos. Fue Jefe Adjunto de la Misión en París y al mismo tiempo Delegado Permanente de UNESCO durante cuatro años.
Su relación con Lim nació gracias a sus casi dieciséis años de experiencia en el gobierno de Singapur, aconsejando a los ministros sobre las políticas públicas en campos como el comercio, la cultura y la diplomacia.
Tras su llegada al Valencia fue nombrado consejero ejecutivo y se convirtió en la cabeza visible de Meriton en la ciudad ante las cada vez mayores ausencia de la presidenta Layhoon Chan. Posteriormente asumió el cargo de director de Comunicación.
A diferencia de su predecesora en el cargo, Murthy habla castellano, un idioma que conocía cuando llegó a España y que ha perfeccionado con clases desde su llegada.
En el acto en el que se ha escenificado el relevo que se producirá el próximo 1 de julio, Murthy admitió que no es un profesional del fútbol, pero también señaló que está centrado en una gestión global para que el club pueda progresar.
En su exposición ante los medios, el que será el próximo presidente del Valencia dijo que su objetivo es "mejorar el club en muchos aspectos" y que el primer paso es "ganar partidos y acabar la temporada que viene arriba, pero también la siguiente y la de después".
Además, se marcó como una "obligación" devolver al equipo arriba y mantenerlo ahí todos los años de acuerdo con la exigencia y la historia natural del club.