Rafael Nadal, número 1 del mundo, emprende en París el camino hacia su undécimo Roland Garros, cuyos primeros partidos comienzan este domingo, con la meta de agrandar aún más su leyenda en la capital francesa y, de paso, ganar su 17º Grand Slam para acercarse a los 20 de Roger Federer
VALÈNCIA. Rafael Nadal, número 1 del mundo, emprende en París el camino hacia su undécimo Roland Garros, cuyos primeros partidos comienzan este domingo, con la meta de agrandar aún más su leyenda en la capital francesa y, de paso, ganar su 17º Grand Slam para acercarse a los 20 de Roger Federer.
A punto de cumplir 32 años y después de recuperarse de sus problemas físicos que arrastraba desde finales de 2017, el mallorquín se presenta de nuevo como el gran favorito a revalidar el título, esperanzado por sus últimas exhibiciones.
Desde que se lesionase el pasado enero en el muslo derecho en los cuartos de final del Open de Australia ante Marin Cilic, Nadal ha arrasado en casi todos los torneos que ha participado, todos ellos en su superficie favorita, la tierra batida.
El tenista español levantó los torneos 1.000 de Roma y Montecarlo, más el de Barcelona.
La vitoria en Montecarlo sirvió además para que estableciese nuevos récords en el tenis. Supuso su trofeo 31 en Masters 1.000 -adelantando a Novak Djokovic (30)-.
Pero cuando acumulaba 50 mangas seguidas con victorias -otro hito- sucedió su único resbalón en los últimos meses: la derrota en los cuartos de la Mutua Madrid Open ante el austríaco Dominic Thiem, uno de los pocos tenistas que son capaces de tutearle en la arena.
Es precisamente Thiem, octavo del mundo y de 24 años, es el mayor obstáculo a priori para el mallorquín en este Roland Garros.
No obstante, el sorteo del jueves fue benévolo y solo se encontraría con él en una hipotética final.
También las bolas le quitaron al español otra piedra en el camino. El alemán de origen ruso Alexander Zverev, número tres del mundo y de 21 años, cayó también en el otro lado del cuadro, por lo que solo se citaría con él en último y decisivo partido del torneo.
La baja del número dos del mundo, Roger Federer, y la del británico Andy Murray facilitan, en teoría, su reconquista de la Copa de los Mosqueteros.
Aunque para quienes le restan méritos a un nuevo triunfo, Nadal respondió sin amagues. "Sería lo mismo (la victoria) si estuviese Roger o no. Tampoco se podía decir que una victoria de Federer cuando estaba lesionado yo o Djokovic no era bonita", dijo.
La mejor raqueta mundial sí que tendrá enfrente a otro rival histórico, aunque no esté en su mejor momento: Novak Djokovic (actual 22 del mundo), al que el español también evitaría hasta la final.
"Novak siempre ha estado, nunca se fue. Es uno de los grandes campeones de la historia del tenis. A veces, regresar de una lesión requiere un poco más de tiempo, pero en Roma (perdió ante Nadal la final) estuvo muy bien. Sin duda, es uno de los candidatos al título", resumió el mallorquín.
Nadal, que comienza el torneo ante el ucraniano Aleksandr Dolgopólov (54 del mundo), tendría como principales escollos en su lado del cuadro al sudafricano Kevin Anderson, séptimo del mundo, en unos posibles cuartos, y al argentino Juan Martín del Potro (sexto) o el croata Marin Cilic (cuarto) en unas semifinales.
Con estos moldes, las casas de apuestas dan al mallorquín como clarísimo favorito -muy por delante de Zverev- y, en caso de que se cumplan sus predicciones, agrandaría aún más su leyenda.
Actual "recordman" de victorias individuales en Roland Garros en la era Open (10, por delante del sueco Björn Borg, que suma seis), un nuevo triunfo en la capital francesa le acercaría a su gran competidor de la última década y media: Federer.
El suizo, de 36 años, tiene 20 "Gran Slams", mientras que el español conseguiría su número 17.
De momento, Nadal ostenta diez Roland Garros (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014 y 2017), un Abierto de Australia (2009), dos Wimbledon (2008 y 2010) y tres Abiertos de Estados Unidos (2010, 2013 y 2017).