VALÈNCIA. El australiano Alex de Miñaur no fue enemigo para el español Rafael Nadal, que al vencerle por 6-1, 6-2, y 6-4 en dos horas y dos minutos, se clasificó para los octavos de final del torneo de Wimbledon, y aseguró así su continuidad al frente de la clasificación mundial cuando las nuevas listas salgan el lunes 16 de julio.
Con 31 grados, y usando ambos jugadores toallas de hielo para refrescar los hombros y el cuello, y con el golfista Sergio García, campeón del Masters de Augusta el pasado año, y el mítico Rod Laver entre los invitados en el palco, Nadal demostró su poder sobre un rival, que con 19 años, apunta maneras, pero que aún está lejos de hacer daño al zurdo español.
El partido recordó la gran exhibición que hace un año, y en la misma pista central, Nadal proporcionó al derrotar al ruso Karen Khachanov (6-1 6-4 7-6 (3), victoria con la que afrontó luego con grandes esperanzas su duelo con el luxemburgués Gilles Muller, su verdugo en octavos.
A pesar de la evidente superioridad de Nadal, el australiano Lleyton Hewitt, capitán de Copa Davis del conjunto 'aussie' no perdió la esperanza en De Miñaur, finalista del torneo júnior en 2016 y a quien aconseja.
Lleyton apretó los puños cuando el jugador de padre uruguayo y madre española, entrenado por el español Adolfo Gutiérrez, perdió el primer set en 33 minutos, con dos roturas de servicio, mientras que Rafa mantuvo su saque intacto.
Pero el de Manacor jugó a placer, mandando con su derecha, sacando con efectividad y castigando al joven de Sídney con una velocidad de vértigo, que todavía De Miñaur no puede controlar. Como tampoco pudo manejar el "aussie" el espectacular "Gran Willy" (golpe entre las piernas) de Nadal que cayó del cielo y al que Alex no pudo responder.
Su palco, con su 'manager' Carlos Costa, su fisio Rafael Maymó y su entrenador en Wimbledon, Francis Roig, reflejaba la tranquilidad que Nadal desprendía en la pista, imperturbable, incluso cuando se resbaló y cayó al suelo en el tercer set.
Fue en esa manga, cuando De Miñaur, más libre de la presión, expuso sobre la central el juego que le ha hecho figurar como una joven promesa. Obligó a Nadal a más intercambios, le pasó en varias ocasiones por el lateral y levantó incluso una bola de partido. Pero no pudo con la segunda, en un duelo en la red que Nadal salvó 'in extremis' con una volea de revés. Fue entonces cuando Rafa levantó el puño en señal de victoria.
Nadal se enfrentará en octavos contra el ganador del duelo entre el italiano Fabio Fognini y el checo Jiri Vesely.
"Es joven, y se defiende muy bien", piropeó Nadal a De Miñaur, "es un resultado muy positivo para mí", añadió el español nada más acabar el encuentro. Nadal también se refirió a la presencia de su amigo Sergio García y de Rod Laver en el palco. "Jugar en frente de grandes figuras del deporte es un gran honor", expresó.
Sobre sus perspectivas en la segunda semana de Wimbledon, Nadal fue cauto. "No lo se, de momento estoy feliz de estar en octavos, lo que deseo es jugar bien y como en el fútbol, seguir adelante", dijo.
Nadal está ya en octavos sin ceder un set en tres encuentros. El de este viernes significó su triunfo 46 en Wimbledon, donde ha perdido 10 partidos, su 64 victoria sobre hierba (18 derrotas), y su resultado 240 positivo en el Grand Slam.
Lo mejor de su juego contra De Miñaur fue su servicio, inalterable a pesar de las tres oportunidades de quiebre del "aussie". Él por su parte, lo robó cinco veces de 12 intentos. Todo eso acompañado por 30 golpes ganadores y solo 19 errores no forzados, ganando el encuentro con 91 tantos por 62 de su rival.
También está en octavos, el argentino Juan Martín del Potro, que como Nadal sigue sin ceder un set, tras superar al francés Benoit Paire por 6-4, 7-6 (4) y 6-3, y el canadiense Milos Raonic, que finalizó su partido contra el austríaco Denis Novak, finalista en 2016, suspendido el viernes por falta de luz, por 7-6 (5), 4-6, 7-5 y 6-2.