VALÈNCIA. Hay que ponerse las pilas. El Levante destaca por su falta de brillantez este diciembre. Si no es por falta de oficio para cerrar los encuentros, es porque escasea la puntería. Y así, los puntos siguen siguen quedando en el limbo. Por ocasiones, los de Julián Calero debían haber vencido en el Carlos Belmonte, pero fueron incapaces de perforar la portería de Lizoain pese a encontrar ocasiones muy claras. El equipo, además, hubo de maquillar una primera parte improductiva. El técnico no movió el avispero hasta tarde, consiciente de que los suyos atravesaban el mejor momento del partido ya en la recta final, pero apareció la sed. Por físico, no dio, aunque por fútbol sí. Mientras, no hay avance. Estas son las notas de Plaza Deportiva tras el Albacete - Levante:
Andrés Fernández (5): Le sonrió la fortuna. El meta de Alcantarilla vio cómo el Albacete estrellaba dos balones en los palos. Uno, prácticamente a bocajarro; otro, en la recta final. Pudo ser un golazo. Poco trabajo de más tuvo el murciano, que estuvo seguro. En su línea.
Andrés García (5): Demasiado sostenido. Parece que le tienen controlado. Una de las principales armas, de las más sorpresivas del Levante, quedó con pólvora mojada. Se le vio incluso desespeado, por momentos.
Elgezabal (6): Serio. No fue un encuentro de desajustes defensivos. Unai vivió ciertamente cómodo mientras el Albacete dominaba, pero no cuasaba problemas. Más aún cuando el protagonismo lo llevó el Levante.
Cabello (7): Muy bien. Buenísima versión del central de Telde, crecido en el Belmonte. El canario va, de nuevo, in crescendo. La buena versión de las últimas semanas quedó refrendada con un pasito más en Albacete. Hay puntos de mejora, pero Cabello está fuerte... y rápido. Bien al corte, providencial-
Pampín (5): Especialmente espeso. Recibió amarilla cuando el crono apenas había comenzado a funcionar, y empezó lento. Le costó entrar en partido.
Oriol Rey (5): Plano. Es uno de los que tiene que recargar baterías. Oriol le sirve a Calero para mantener el orden en el círculo central, pero más allá de la salida de balón desde atrás y su colaboración en retaguardia, le cuesta ir hacia delante. No es su función, aunque cabe plantearse su idoneidad en encuentros apagados. Aportó poco cuando el Albacete perdió el control del encuentro.
Kocho (6): Potente. Es la energía del equipo. También tuvo sus minutos oscuros, pero saca fuerza de donde parece no haber. Incansable, aunque desnortado en primeros minutos. Al georgiano le favoreció el contexto de cierto desorden tras el paso por vestuarios.
Pablo Martínez (7): Crecido. Fue la pieza clave en el poco peligro que generó el equipo sobre meta rival, pero también el protagonista de un enorme fallo, solo ante Lozain, que pudo adelantar al Levante. Error impropio, aunque la segunda parte del capitán fue otra historia. Mucho más fino y acertado. Cambió, como casi todo el equipo, al paso por vestuarios, aunque en su caso estaba siendo de lo mejor.
Carlos Álvarez (7,5): Haz lo que quieras, Carlitos. Le dejaron un metro, y fue suficiente para frotar la lámpara. Apareció el genio. El Levante despertó en la segunda parte gracias a él. La primera del andaluz, eso sí, discreta. Olvidada por otra gran versión tras el descanso.
Brugui (6): Peleón. La brega no se negocia para Brugué. Batalló y trató de ser un incordio constante. No lo logró de verdad hasta la segunda parte. Entonces sí tuvo ocasión de marcar en un mano a mano, que paró Lizoain y que quedó a centímetros de rebasar la línea de gol.
Morales (5): Poco. Calero confía en él. En cualquier momento, la lía. Pero no fue el caso de la noche en Albacete. Espeso. Casi tanto como en el primer tiempo del pasado sábado frente al Córdoba. En el Belmonte, no hubo explosión repentina, aunque el Comandante sí mejoró en la recta final.
Romero (5): Sin efecto. Entró por Brugui, pero empeoró al catalán, que salía agotado pero tras haber sido de los más protagonistas del segundo tiempo.
Espí (-)
Lozano (-)