VALENCIA. Una noche muy especial será la que se vivirá esta noche en Mestalla. Ante la necesidad imperiosa de puntos que tiene el Valencia CF de Gary Neville llega al templo blanquinegro el hombre que más sonrisas y lagrimas de alegría le ha regalado al valencianismo en su historia reciente. Rafa Benítez regresa por primera vez al banquillo que le encumbró como técnico de primer nivel mundial aunque esta vez será para dar órdenes en el vestuario visitante para desilusión de muchos.
Será una noche de reencuentros. El madrileño llega con el agua al cuello y tras recibir un ataque masivo de la prensa afín al presidente madridista, que es casi toda. Será una noche rara y especial para él porque revivirá a buen seguro un sinfín de recuerdos de su paso por el club valencianista. Doce años después pisará la banda del estadio en el que se coronó campeón de Liga dos veces y de una Copa de la UEFA. Sus primeros títulos como entrenador y la mejor etapa en la historia para el valencianismo, que hoy debe darle el cariño que le niegan en su propio club.
Sin embargo, Mestalla no estará para regalar nada más que una sonora ovación porque los de Neville tienen que ganar sí o sí. El tren de la Champions está ya lejísimos, a once puntos, y cuando empiece su partido puede que roce los cinco partidos de desventaja. La afición empujará como varios futbolistas más como siempre hace en las grandes noches. Eso sí, los que tendrán que poner el fútbol serán los del césped. Neville no ha conseguido hacer carburar al equipo y sería injusto achacarle a él la mala dinámica porque cogió a un equipo reventado física y psicológicamente.
El pasado jueves en 'El Madrigal' los blanquinegros cayeron de manera injusta ante un Villarreal que no fue mejor y que marcó el gol de la victoria en los mejores minutos de fútbol de los de Neville desde que el inglés aterrizó en la ciudad del Turia. Esa segunda parte es el espejo en el que debe mirarse el equipo, siempre que sea capaz de subir la velocidad de su fútbol y la intensidad en cada una de sus acciones.
Apenas tres días después Mestalla levantará el telón del 2016 del mismo modo que lo hizo en 2015 recibiendo al Real Madrid. Los de Concha Espina llegan en un mar de dudas y con todos los focos señalando a Benítez. En Madrid todo el entorno del club le quiere fuera y el propio presidente lleva semanas alimentando a través de sus medios el incendio para poder destituirlo. Sin embargo, pese a no estar bien el conjunto madridista dispone de un auténtico equipazo que tendrá toda la intención de igualar en la tabla al Barcelona pese a hacerlo con un partido más.
La situación del Real Madrid no invita a fallos. Perder en Mestalla podría alejarle del liderato a cinco puntos con un partido más que el Barcelona. Pero no sólo eso está en juego. Pese a las últimas victorias del Real Madrid (10-2 ante el Rayo Vallecano y 3-1 frente a la Real Sociedad), ninguna convenció a la parroquia blanca. Ganar esos dos partidos no consiguieron calmar los ánimos en el escuadra madridista. La causa está clara: el Real Madrid no juega bien y no encuentra un estilo.
Neville para intentar ganar al Real Madrid, seguirá sin poder contar con los lesionados Jose Luis Gayá, Sofiane Feghouli, Skhodran Mustafi, Zakaria Bakkali y Enzo Pérez.
Por contra, recupera al delantero hispano-brasileño Rodrigo Moreno, que vuelve a una convocatoria por primera vez desde la grave lesión que sufrió en la rodilla el pasado mes de octubre.
El técnico británico tiene la opción de volver a alinear tres centrales como hiciera ante el Villarreal, para intentar armar el equipo desde atrás e intentar esperar al conjunto madridista. Es posible que Negredo y Alcácer jueguen juntos pero a esa táctica de jugar a la contra le faltaría en ese caso algún futbolista rápido para salir a la contra. Ahí puede tener sus opciones Piatti o De Paul en banda.
Mestalla será una caldera y André Gomes debe dar su mejor versión para acercar a los blanquinegros a la victoria. El luso es el mejor jugador de la plantilla y cada vez que está lucido el equipo se siente capaz de muchas más cosas. Será una noche especial para el valencianista que acuda a su estadio porque deseará una victoria ante los madridistas tanto como siempre, pero en el fondo de su corazón tendrá un bonito recuerdo para el que haya sido el entrenador más importante de la historia reciente del club. Rafa Benítez será ovacionado por una gente que le sigue adorando pero que puede significar su último partido al frente de su Real Madrid.