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La década desesperada

  • Foto: Carla Cortés

VALÈNCIA.  La tarde del 25 de octubre de 2014 juegan en Mestalla el Valencia CF y el Elche. Es la novena jornada del campeonato y hay una inusitada expectación en los prolegómenos. En la avenida de Suecia, unas cinco mil personas se agolpan para vitorear la llegada del nuevo propietario del club, el magnate singapurense Peter Lim. A través de la empresa Meriton Holdings, Lim se hizo con la mayoría accionarial tras un largo proceso de venta pilotado por el entonces presidente del Valencia CF, Amadeo Salvo, quien apostó abiertamente por facilitar la presentación del asiático, llegando a calificar su oferta como «la mayor transacción del fútbol mundial».

El nuevo propietario había aterrizado de facto meses antes, cuando le exigió a Salvo cortar el contrato del anterior entrenador, Juan Antonio Pizzi, para colocar a un desconocido técnico portugués, Nuno Espírito Santo. El preparador luso venía de la mano del agente portugués Jorge Mendes, amigo y socio en los negocios de Lim. Desde ese momento, la sombra de Mendes va a ir ligada a todas las operaciones que Lim realice en el club. Sin estar aún dentro del Valencia CF, en verano, ya llegaron al club, a préstamo por parte de Lim, Rodrigo Moreno, André Gomes y João Cancelo procedentes del Benfica, club sobre el que el agente portugués tiene una clara influencia.

Una década después de la llegada de Peter Lim, nada queda de sus promesas y sueños de grandeza. El club se ha empequeñecido a un ritmo vertiginoso y ha pasado de ser un habitual en las competiciones europeas a fijar su meta en mantenerse en Primera División. La desafección con la masa social es enorme, el problema del Nou Mestalla sigue sin resolverse y el club arroja pérdidas todas las temporadas.

La primera crisis

En la primera temporada de Lim, el equipo se clasifica brillantemente para la Liga de Campeones. Lim incrusta en el club a dos personas de su confianza: Kim Koh y Lay Hoon Chan, nombrada presidenta del Consejo de Administración. Salvo, entonces líder de masas entre el valencianismo, queda como presidente ejecutivo.

Lim y Mendes toman el mando en verano de 2015, tras la dimisión de Salvo y su equipo ejecutivo. Traspasan al defensa Nicolás Otamendi al Manchester City por 38 millones de euros y los fichajes que llegan ese verano llevan todos el sello de Mendes, ya que, bien eran representados suyos o bien actuó como intermediario entre el Valencia y el club de procedencia. 

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