Nuno, no necesitamos ganar partidos. Ahora ya no. Ya no podemos disimular el error con victorias y palabras. No podemos disimular el error con derrotas y promesas. No hay crecimiento así...
VALENCIA. "Algunos creen que el fútbol es solo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso"
Bill Shankly, entrenador del Liverpool. 1959-1974
Les empiezo hoy con una frase grandilocuente porque, ya puestos a escuchar grandes frases extraídas de las ruedas de prensa, tiro de la wiki para nombrarles la existencia de un señor que provocaba allá donde hablaba. Y es que puestos a provocar en ruedas de prensa, prefiero esta soberbia que cualquier argumento barroco en continente y fatuo en contenido, como nos está acostumbrando Nuno. Y no me gusta.
No me gusta porque he visto a muchos entrenadores con estos rodeos. Les confieso que, de más joven, cuando comenzaba a estudiar esto de la táctica y la técnica, por novedoso y revolucionario con respecto a lo que había, hubo una generación que intentábamos hablar con propiedad dentro del fútbol base y el fútbol regional. Eramos JASP, como decían en aquel anuncio, jóvenes aunque sobradamente preparados. Y usábamos la palabra para transmitir, para emocionar, para exigir desde un tono erudito, incluso a veces repelente. Repetíamos frases de Jorge Valdano o Ángel Cappa para huir del 'Vamos cojones' de los entrenadores de antes, aquellos de palillo o pitillo y carajillo.
Pero pronto aprendimos que las palabras se las lleva el viento. Que el trabajo se hace entre semana y no dando instrucciones hasta la afonía en la banda los días de partido. Y que un vestuario te cala a la segunda que se la intentas meter doblada. Y que te pueden dar palmaditas en la espalda de cara y en esa misma espalda clavar un puñal.
Ahora Nuno tiene dos problemas, uno de comunicación con la grada y otro de gestión con el equipo. El de la grada lo están empezando a resolver con la ayuda del Departamento de Comunicación concediendo entrevistas a dos de los tres mejores medios de información general de esta ciudad, para explicarse e intentar lavar su imagen de ogro, que lleva a rastras desde aquel último verano. Y el de gestión con el equipo, de los dos el más importante, espero y deseo que lo empiece a resolver ya mismo. Comenzando por la autocrítica. De puertas para afuera puede decir que no tiene ataques de entrenador, pero dentro del búnker antes llamado Paterna ha de decir algo más. Como, por ejemplo, que André Gomes pierde eficacia en la banda izquierda y que la batalla en el centro del campo del Calderón nos la ganaron dos viejas como Gabi y Tiago, que parecían hijos de Fernando Redondo y que ese es el ejemplo a seguir por parte de Danilo, sin perder de vista a Javi Fuego, un tío que siempre aporta sentido común a todas las cosas que hace, hablar incluido.
Que es cosa de todos el escalar puestos y que va a exigir(se) el máximo en cada entrenamiento y no va a medir las convocatorias por las declaraciones sino por el sudor. Que enero está ahí para todos, incluido él mismo, pero que no tiene ninguna intención de realizar otra mudanza porque este es su lugar y que cumplir su contrato depende de él y de todos. Y que si hay un carro del que tirar, no será el del látigo, será la cabeza del bestiaje.
Les aseguro que si Nuno consigue eso, no necesitaremos ganar partidos. Porque ganar partidos depende de muchos factores, de una patada al aire, (¡ay Santos!) o del contacto del césped con el balón para ir un centímetro a la derecha o a la izquierda. Pero será más fácil recuperando el estilo del año pasado (esto lo hemos dicho muchas veces, ¿no?) donde el equipo parecía unido con Poxipol, mojando la oreja a todo grande que se cruzase en su camino. Porque queremos eso, que es lo que nos eriza la piel, quenos la pone tan de gallina que parece una cordillera, como un Quique Medina cualquiera saltando con La Habitación Roja en el Deleste.
Nuno, no necesitamos ganar partidos. Ahora ya no. Ya no podemos disimular el error con victorias y palabras. No podemos disimular el error con derrotas y promesas. No hay crecimiento así, y el poco que hay es torcido y frágil. Juntemos líneas como juntamos estamentos y la victoria llegará sola. Y la grada volverá a caer rendida. Porque de verdad te digo, Nuno, que nos conformamos con poco.
Haz la prueba y verás.