En el otro lado

VALÈNCIA. Javi Gracia está en el Upside Down de Meriton. En ese otro lado al de la propiedad. Por-que en el Valencia hay dos realidades. La de Peter Lim es una. La de la práctica totalidad del valencianismo es la otra. El entrenador y los responsables de la entidad están instalados en realidades opuestas. Alejados el uno del otro. Lim vive en una dimensión alternativa cuyo único portal le conecta con Manchester. No con Mestalla. Y así, desde la distancia física, se antoja muy complicado gestionar con eficacia un club de fútbol. Este deporte hay que vivirlo con intensidad y pasión. Desde dentro. Aún así, resulta a veces muy complicado alcanzar la excelencia. 

El entrenador cuenta a día de hoy con el apoyo de su plantilla. Pero también con la unanimidad de la afición. Que no es poco. El Valencia no es un club de entrenadores. Siempre los ha habido al sol o a la sombra. Hacía tiempo que no había una corriente de opinión tan favorable en Mestalla hacia el inquilino del banquillo. Incluso Marcelino, que ganó la última Copa del Rey, generaba desconfianzas en ciertos sectores de la hinchada. Pese al trofeo, hito que no lograba el Valencia en sus últimos once años, todavía hay quien habla de las viudas de Marcelino porque echan de menos al asturiano. 

El trabajo de Javi Gracia es su mejor aval. El doloroso empate ante el Huesca no cambia nada. El equipo volvió a acusar la falta de fichajes de calidad, con los que poder dar un plus cualitativo al grupo. El técnico está intentando exprimir al máximo un vestuario con notables carencias. Insisto en que la posición de Gracia es distante con respecto a los rectores de la entidad. Está al margen. La última rueda de prensa del entrenador evidenció esto de lo que hablamos. Porque en la misma, se le vio resignado con respecto a los posibles refuerzos que puedan llegar antes del próximo 5 de octubre. No confía incluso ni en que llegue Capoue, su principal petición. 

El entrenador ya se mojó con jugadores con el ánimo de ayudar y disfrutar de más opciones para su contratación, pero ya ha arrojado la toalla. Lo dijo muy claro. Fue rotundo y contundente. Por eso, me chirría mucho lo que dijo el portavoz de Lim, José Luis Zaragosí, quien aseguró que el entrenador está en la misma sintonía que el club. Diagnóstico erróneo, estimado doctor. Meriton y Gracia viven en una realidad distinta. Diferencias que incluso pueden ampliarse, después de que el técnico decidiera no alinear de titular ante el Huesca a Kang In Lee. El surcoreano, piedra angular del proyecto empresarial de Lim, salió al campo faltando cinco escasos minutos para el final del partido. 

Lo que de verdad le da miedo a Gracia, más que la ausencia de fichajes, es que vendan a alguno de los futbolistas que considera vitales para su proyecto. Porque el temor del entrenador es un temor real. Cuando se habla del traspaso de Maxi Gómez, Kondogbia o Carlos Soler, al técnico le tiemblan las piernas. Perder a uno de estos tres futbolistas sería un varapalo muy duro para el equipo. Sobre todo la del delantero centro uruguayo, que ha comenzado la Liga más enchufado que nunca. Sin Maxi, la cosa se antoja harto complicado. Cuidado. 

Quien sí que parece que ya está más fuera que dentro es Cillessen. El guardameta, que no fue convocado ante el Huesca, parece que abandonará el club esta misma semana que empieza. Porque Cillessen, pese a que su rendimiento en el Valencia ha sido discreto, todavía tiene cartel. No obstante, sigue siendo internacional con la selección de Holanda. El hecho de que Cristian Rivero ya luzca el número 25 en su camiseta, es buena prueba de que se cuenta con el de Gandía como segundo de Jaume. Si Cillessen se marcha, como eso parece, tampoco se le echará mucho de menos. El gran error no fue ficharlo, sino dejar escapar a un porterazo como Neto.