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Javi Gracia: la serie

28/04/2021 - 

VALÈNCIA. Casi ha acabado la primera temporada y todavía no sé de qué va la serie. Perfectamente podría ser lo que me pasa con muchos episodios que hay en Netflix o Amazon Prime, pero no. Es lo que me ocurre directamente con la campaña que está haciendo el Valencia CF este año de la mano de su director Javi Gracia y de los productores ejecutivos de Meriton.

Llevamos 33 capítulos esta temporada y no sabemos en qué consiste esta serie. ¿De qué va? Solo sabemos que es de suspense, terror y, a veces, hasta humor –porque es inevitable reírte de lo estrambótico que es todo -. Es tan grave la cosa, que ni siquiera los propios actores saben de qué va la trama. No sabemos a qué jugamos y, cuando creemos que lo sabemos, llega el director y cambia el papel de los protagonistas.

Parece broma pero no lo es. Estas últimas semanas hemos visto a un personaje clave, un protagonista claro, que es Gonçalo Guedes. Un futbolista que estaba haciendo cameos toda la temporada hasta que al final ha conseguido tener un papel principal en esta serie –de partidos- como segundo punta. Pues bien, Javi Gracia –el director-, tirando de inspiración y arte, reorganiza tres puestos para colocar a un actor que ha pasado de principal a figurante: Maxi Gómez. Porque si Guedes funciona mejor arriba, más cerca de la portería…. ¿Por qué lo reubica? ¿Es necesario Maxi Gómez a pesar del rendimiento y la ansiedad en más de un partido? Aun así, y con un Guedes que siguió funcionando en la izquierda… ¿Por qué se empeña en cambiarlo a la derecha para meter con calzador a Cheryshev? Ataques de entrenador, director y guionista que hacen que la serie vaya a peor, como en Prison Break, una obra maestra en la que hicieron una primera buena y la estiraron cuatro más –aunque la de la cárcel de Panamá no estuvo mal del todo-.

No ha habido dos capítulos seguidos buenos. Y eso que la pareja Gameiro - Guedes ha funcionado mejor últimamente de lo que esperábamos porque, al menos, generan ocasiones y se entienden algo. No sé si tanto como Ryck y Daryl en The Walking Dead, pero que han resucitado en más de una ocasión algún partido muerto estoy convencido. Pero Javi Gracia, se empeña en ubicar a futbolistas donde no toca, hacer experimentos y, sobre todo, no dar descanso a algunos protagonistas que están fundidos por la cantidad de capítulos intervenidos y horas de rodaje.

Incluir o dar la oportunidad a actores invitados como el italiano Cutrone, el uruguayo Oliva o el portugués Ferro se ha convertido en una quimera. A Javi Gracia no le gustan los intérpretes de reparto recién llegados, así como tampoco la meritocracia gaditana o las jóvenes promesas asiáticas. Eso no va con Javi Gracia. Poco le importa que un día tengan un papel protagonista, que sean actor revelación o que cosechen el favor del público ya que, si él lo cree conveniente, al día siguiente son parte del decorado o directamente los liquida por mucho que los espectadores los quiera ver.  Peor que lo que hicieron con Derek en Anatomía de Grey.

Lo peor de todo es que, aunque no nos apetezca ver esta serie, queremos saber cómo acaba. Porque es la nuestra –sea buena, mala o regular-. Es nuestra particular Alquería “Blanquinegra”. Y aunque sea más negra que otra cosa, hemos tenido más fe –ninguna otra cosa más- que ellos mismos en que la cosa repuntara.  Lo cierto es que lo que se dice ilusión duró más bien poco, concretamente las primeras semanas de pretemporada -lo que sería la fase de producción o incluso preproducción de la serie-. Con la salida de algunos personajes fundamentales en la historia –futbolistas-, la cosa se fue a pique. Y al director ni le dejaron abandonar el proyecto, ni luego quiso él hacerlo por orgullo, dinero o vete tú a saber ya.  Al final, cuando desaparece alguno de los intérpretes principales, la cosa es inevitable que vaya a menos. Algo así como en Narcos cuando murió Pablo Escobar o en La Casa de Papel cuando se cargaron a Berlín. Que las series molaban también después pero infinitamente menos que cuando estaban ellos. Pues el Valencia CF ni eso. En esta producción todo ha sido un desastre, empezando por  la dirección o los personajes; y acabando por la producción del esperpento.

Sobre todo porque los productores de la serie –Meriton- no solo quitaron a actores principales y los sustituyeron por futuras promesas, actores secundarios o figurantes en algún caso; sino que, en su afán por recortar gastos en un año difícil, no han querido apostar con conocimiento ni sustituir al director de la serie convirtiendo la primera temporada en un descalabro absoluto. Meriton debió dejar marchar primero y destituir después al entrenador, pero querer ahorrarse un dinero le puede salir muy caro a todos los niveles.

La primera temporada de la serie de Javi Gracia ha sido más mala que la serie Piratas protagonizada por Pilar Rubio y Óscar Jaenada –que algunos ni recordarán- o el Don de Alba, la chunguísima adaptación de Entre Fantasmas a la española. ¡Qué mala, por dios! Casi tanto como la gestión de grupo que ha hecho este entrenador.

Pero ojo, la crítica y opinión de la prensa ante esta serie futbolera y valencianista ha sido cuanto menos decepcionante también. La prensa, en general, no hemos estado al nivel de la situación. Unos por exceso y otros por defecto, creo que podíamos haberlo hecho mejor. No hemos encontrado el equilibrio necesario. Demasiados bandos. Poco aprendimos de la serie Periodistas con Blas Castellote.

Porque otra cosa bien distinta es que ocurriera como en La Casa de Papel o Narcos, donde las primeras temporadas son tan buenas, que las siguientes parecen peores; pero al fin y al cabo son buenas primeras temporadas y se entiende que, con el paso del tiempo, la cosa es difícil que vaya a mejor. O incluso como Perdidos donde se lio tanto la serie que al final no sabes si fue un sueño como en Los Serrano o si, realmente, pasó lo que pasó. Dicho esto, si la temporada del Valencia CF fuera un sueño más bien se trataría de una pesadilla de la que no sabemos cómo despertar -como la de Antonio Resines-.

Sea como fuere, quedan apenas cinco capítulos para acabar la temporada con el ánimo y la ilusión de que la cancelen antes de grabar la segunda. Empezar con una nueva y aprender de los errores de la que ya acaba es fundamental. Porque una segunda temporada igual sería más pesada que la reposición de la serie de Gym Tony, que de gracia tenía poco más que el nombre, como este entrenador.

Aunque si hablamos de cancelar, Meriton se lleva la palma, que va por su 7ª temporada y hace varios años que debió ser ya retirada.

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