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¿Peter Lim era de Sega o Nintendo?

14/10/2020 - 

VALÈNCIA. ¿Peter Lim era de Sega o de Nintendo? Esa es la pregunta que me hago ahora mismo. Porque de pequeños todos éramos de una o de otra. Esa es la clave de todo. Porque está claro que jugar a los videojuegos, ha jugado. Y juega.

Es que a mí me recuerda a cuando jugaba con mi Hermana –a quien enganché a los videojuegos premeditadamente-. Primero con las consolas de Sega, luego Nintendo y acabamos en Playstation. Cuando jugábamos a dobles no había problema, las reglas estaban claras: Yo era el Player 1 y ella era el Player 2. Como en todas las casas normales con hermanos pequeños. Yo sabía jugar mejor que ella, y ella aprendía y disfrutaba conmigo. Éramos un equipo, lo pasábamos en grande hasta discutiendo. La movida era cuando ella cogía la consola e iniciaba una partida en solitario, sobre todo con algún juego que ella había comprado –o le habían regalado- como el Theme Hospital, que le flipaba; el clásico Super Mario Bros 3; el Puzzle Bubble que era frenético; o el Sonic The Hedgehog –también conocido como  “Sónico el Puercoespín”, tal y como rezaba la contra del juego en Mega Drive-.

Pues bien, ella se ponía a jugar sin parar hasta que llegaba un punto en el que no sabía pasar de pantalla. La mataban una y otra vez; gastaba todos los continues y vidas; con lo que entonces me llamaba a mí. Yo le pasaba de pantalla con solvencia, incluso con logros. Consiguiendo todas las monedas posibles o con la máxima puntuación. Incluso sin perder en ningún momento. Pero llegaba un punto en que llegaba la mítica frase “el juego es mío, dame el mando”.  Ahí llegaba la catástrofe. Todo se iba al traste. Volver a empezar. Ruina.

Pues algo parecido es lo que pasa a Lim en el Valencia CF. Cuando la cosa ha ido bien ha sido cuando Peter Lim, que había comprado el Valencia CF, ha dejado el timón a la gente que sabe de esto. Con sus aciertos y errores han conseguido los objetivos financiera y deportivamente: como Salvo y Rufete; o Mateo Alemany y Marcelino. Pero cuando ha querido llevar las riendas siempre ha acabado el proyecto en el traste. Siempre que ha metido la mano ha acabado el proyecto sin vidas, sin jugadores, sin entrenadores. Teniendo que iniciar de cero con lo que ello conlleva.

Lim necesita un Player 1, una persona que sepa de fútbol y finanzas, que gestione, que lidere y que le ayude a devolver al Valencia CF al punto al que merece. Como hacía yo con mi hermana, que me dejaba un Sonic sin vidas y “sin continues”; y se lo devolvía hasta con esmeraldas. Ahora tiene a Javi Gracia, pero necesita a alguien que le eche un cable al técnico navarro. Porque lo de no fichar ha supuesto complicar también la relación dentro del vestuario. Un grupo sano y unido que se ha visto adulterado por un amago de huida que ha acabado por frustarse a la fuerza. Algo malo para un vestuario que el otro día no entendía muchas de las cosas que ocurrían con su entrenador.  Un conato de dimisión que ha finalizado de una forma tan fea como marcarle a tu colega en FIFA haciendo un clásico pase de la muerte.

Yo no digo que siempre sea el que sabe del tema el que maneje, porque sin el juego que compró la otra persona, no se podría jugar. De hecho tengo que reconocer que a veces me excedía jugando un poquito… pero es necesario que haya un buen tándem. Debe funcionar. Uno que ponga el capital y los medios, y el otro que aporte su saber y hacer. Dos partes, dos jugadores. Un Player One y un Player Two. Y, por supuesto, no jugar en línea, que se corta la conexión. Siempre es mejor presencial, face to face, mirándoles a los ojitos. No sms ni conference call.

No quiero un equipo de recreativos, donde solo el que pone la pasta tiene el poder y el resto solo miran. Aún recuerdo cuando llegaba con una moneda de 100 pavos a jugar a Street Fighter II y hasta que no me pasaba la máquina no jugaba ni Dios ahí. Salvo que fueras uno de los lejía, entonces la cosa cambiaba y los que jugaban con mi dinero eran ellos. Que es más o menos lo que quiere hacer alguno también en Valencia, mandar sin poner ni uno y usando la fuerza, las amenazas o la confrontación.  Así tampoco.

Pero una cosa no quita la otra, y como diríamos en los recres de Músico Espí, ha llegado el momento de decirle a Peter Lim: “Insert coin o game over”.

Bueno, eso de Game Over es relativo, porque igual le da por vender la videoconsola. Que yo sepa –y no por el club- no tiene intención a corto plazo, pero quién sabe. Quizás quiera desprenderse de ese juguete que tan buenos y malos momentos le ha dado, para comprarse una de nueva generación. Vamos, lo que voy a hacer yo con la mía. Pero para hacer eso, lo primero que tiene que hacer es limpiarla, dejarla bonita y subirla a wallapop.  Es decir, ponerla en venta. Y que alguien le haga una buena oferta.

¿Hará eso con el Valencia CF? No lo sé, pero a los videojuegos juega seguro. Pensándolo bien, ¿qué más da si era de Sega o Nintendo? Con el tiempo me he dado cuenta, de que a pesar de la rivalidad entre ellas; lo divertido era jugar en equipo, disfrutar y ganar.

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