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OPINIÓN

Prandelli los deja sin escudo

Las palabras del técnico fueron muy duras y estaban totalmente consensuadas con la propiedad del club. Prandelli lanzó el discurso porque había sido reforzado por Peter Lim horas antes. El mensaje fue muy claro. Aquí mando yo y yo decidiré a quién subo en mi barco y a quién no en el próximo mercado de enero...

9/12/2016 - 

SAN SEBASTIÁN. Escribo estas líneas recién llegado al hotel de la prensa en San Sebastián. Cerca de la preciosa playa de La Concha y a unos 25 minutos a pie del estadio de Anoeta. A partir de las 16.15 horas de esta tarde el Valencia CF se jugará tres puntos importantísimos para tratar de evitar el desconcierto, más del que ya tiene, que puede significar para el club tirarse al menos un mes en puestos de descenso porque no volverá a jugar en Liga hasta el 9 de enero en Pamplona. Ganar tampoco aseguraría no ir en descenso al parón navideño porque la próxima jornada los blanquinegros no jugarán por irse el Real Madrid a disputar el Mundialito de clubes. Tampoco hubieran sido tres puntos para contar con ellos. 

Antes de ese partido el italiano Cesare Prandelli lanzó un órdago a su plantilla. Lanzó un mensaje contundente y durísimo. "No es un problema de calidad ni de sistemas, es un problema de actitud, seriedad y profesionalidad. Y no es de ahora, es de hace dos años. El que no quiera estar aquí, fuera". El de Orzinuovi se levantó y se fue de la sala de prensa. Dejó a todo el mundo alucinado y se marchó con cara de llevar encima un considerable mosqueo. Esa cara le acompañó durante todo el vuelo hasta San Sebastián y es evidente que el italiano ha tocado fondo y ha buscado un cambio drástico. 

Las palabras del técnico fueron muy duras y estaban totalmente consensuadas con la propiedad del club. Prandelli lanzó el discurso porque había sido reforzado por Peter Lim horas antes. El mensaje fue muy claro. Aquí mando yo y yo decidiré a quién subo en mi barco y a quién no, en el próximo mercado de enero. Ahí está la clave. En los últimos días Prandelli, Lim y Suso han hablado de futbolistas, de cambios y dependiendo del mercado quieren una revolución en la plantilla. Necesitan liderazgo y profesionales que piensen en fútbol muchas más horas al día que las tres que están en Paterna. Lim ha dado el consentimiento y se fichará, igual que se dará salida a los que no sumen.

El club necesitaba un mensaje que uniera al valencianismo y que pusiera el foco sobre los verdaderos protagonistas: los que cobran como el cuarto mejor equipo de España y lo tienen clasificado el cuarto por la cola. A los jugadores se les ha caído el escudo que siempre han tenido en Valencia en los últimos años: El del entrenador. Primero Nuno porque era amigo del dueño y la plantilla le tomó manía, luego Neville porque no le entendían, después Pako por ser muy poca cosa y con Prandelli las últimas semanas empezaban a filtrar que no había cambiado nada y que para eso que hubiera seguido Voro. El monstruo estaba empezando a devorar a otro inquilino del banquillo y Prandelli lo ha olido. Lo ha visto venir y ha disparado con balas de todo menos de fogueo. Destacar que a una plantilla le falta seriedad, profesionalidad y actitud es venir a decirle que no tienen ningún compromiso con el club que les paga, ni respeto a la 'maglia' que visten, ni a sus aficionados. Eso hizo Prandelli. Ponerles el foco encima para que no tengan excusas. 

Personalmente no me sorprendió lo que dijo Prandelli pero sí me sorprendió que lo dijera. No es lo mismo saber algo que denunciarlo. Por suerte, suelo denunciar todo lo que me chirría en este Valencia CF sin callarme nada. Por eso, estuve muchos meses vetado por los futbolistas. Porque les molestaba que dijera lo que ayer dijo el entrenador.

Prandelli fue muy valiente y lo hizo sabedor de que tiene la sartén por el mango. El máximo accionista le ha dado el mando y en el único lugar en el que el italiano puede cambiar las cosas, el césped -por ahí puede cambiar un club entero- va a ser él quien tome las decisiones en los próximos meses. La lista de jugadores que ha preparado la dirección deportiva y las gestiones de Pitarch le ayudarán pero el que maneja al vestuario es él. Esta tarde en San Sebastián veremos quién se sube al barco y quién no. El equipo ha de salir espoleado al sentirse señalados. Prandelli no hizo excepciones y señaló al colectivo. 

El mensaje, más el poder que el club le ha dado, más el mercado de enero son el último cartucho al que se aferra la propiedad y el valencianismo para conseguir cambiar una dinámica que lleva al equipo camino de segunda división cuesta abajo y sin frenos. Yo confío en Prandelli. Mucho. Después de lo de ayer me lo creo todavía más. Cesare se cogió la camiseta de entrenamiento cerca del escudo y lo levantó con la cara rabiosa. Siente rabia por ver como algunos pisotean a un club casi centenario y una profesión que el bien conoce, la de futbolista. 

Traer a un entrenador con prestigio tenía además de la bala de que es un entrenador y no un aprendiz, la bala en la recámara de que no dudaría en echarle un pulso al vestuario y de paso pedirle a la propiedad que empiece a cambiar cosas y empiece a dejar decidir a los que saben de fútbol. Hoy en Anoeta el valencianismo espera una respuesta urgente de sus jugadores. Su general, su líder, es Prandelli, ahora falta que se alisten los soldados que quieran ganar esta guerra. 

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