Rodrigo es la vida. La injusticia. La maleabilidad de los méritos. Por qué usted, que me silbaba cuando hacía lo mismo que ahora, ha pasado a celebrarme. Pues verás, Rodrigo, porque nuestras reacciones no se detienen ante los procesos sino ante los resultados de los procesos...
VALÈNCIA. Rodrigo es la vida. La injusticia. La maleabilidad de los méritos. Por qué usted, que me silbaba cuando hacía lo mismo que ahora, ha pasado a celebrarme. Pues verás, Rodrigo, porque nuestras reacciones no se detienen ante los procesos sino ante los resultados de los procesos.
Rodrigo es la incomprensión. La complejidad. Un jugador rústico y frontal se comprende a la primera, se descifra con mirarlo. Pero a Rodrigo hay que analizarlo una y otra vez para comprender si te gusta o no.
Los principales odiadores de Rodrigo son ya quienes más aprecian su juego. Todavía por pura liturgia despiertan antes de los partidos recordando la inconveniencia de salir al mundo con Rodrigo en punta. Infaliblemente Rodrigo desarticula los temores.
Haciendo de tertuliano aguerrido adelanté a principio de temporada que no había solución con Rodrigo. Tiene talento, conecta entre líneas, es imaginativo… pero no tiene gol. Cuántas veces nos lo ha demostrado ya. El Valencia no se puede permitir un delantero virtuoso pero que jamás encuentra puerta. Sólo me faltó adivinar que la cesión de Guedes eea un timo.
Qué ha pasado. Creo que nada. Rodrigo ha seguido siendo Rodrigo, refutando la máxima de que si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo. Ha hecho lo mismo y los resultados han sido diferentes. Cambió el paisaje en torno a él. Cambió la manera con la que el Valencia se relacionaba con su delantera. Los goles le entran. Real. Intenta explicarlo.
Contra el Alavés, un compendio de todo lo bueno y lo malo que esconde el equipo, Rodrigo disparo de primeras dando vida. Como un killer completo al que nadie esperaba.
Hace unos meses en un entrenamiento a Rodrigo le dieron un café en la banda. Se acercó, lo cogió en la mano y desayunó mientras corría. En los partidos da la sensación de que hace la digestión completa. Él es la mejor muestra de que cuando hay talento quizá conviene esperar, quizá compensa saber qué falla alrededor de esas virtudes.
Rodrigo, no creíamos en ti. Pero es la vida, qué te vamos a contar.