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La Copa no se tira

7/01/2021 - 

Ayer fue una de esas mañanas en las que la vida te permite olvidar el fútbol por un rato y centrarte en aquello que verdaderamente importa. Los Reyes Magos consiguieron desafiar a la pandemia y, con la preceptiva distancia de seguridad, se presentaron en todas y cada una de nuestras casas para llenarlos de regalos e ilusión. Hablo, claro está, de los de verdad; no aquellos que la tarde del martes provocaron aglomeraciones en la Plaza del Ayuntamiento del Cap i Casal, cayendo en una incongruencia difícil de explicar tanto de la clase política como de los allí presentes. Menos mal que, como decía, la sonrisa de los más pequeños hizo que nos evadiéramos de una realidad que no está siendo fácil para nadie.

Esa ilusión con la que l@s niñ@s hoy han regresado al cole para explicar a sus compañeros la alegría que les produjo la visita de sus Majestades de Oriente se parece en cierta medida a la que sentimos los valencianistas cuando, entre semana, se asoma la Copa del Rey, una competición que ha llenado de historias imborrables el corazón de aquellos a los que les recorre por dentro la sangre blanquinegra. Sin embargo, percibo en los aficionados que este año -y no como en 2019- sí estarían dispuestos a 'tirar la Copa'. La situación en Liga preocupa y asusta tanto que los que defienden esta postura argumentan que el equipo no está como para pensar en dos competiciones y que ya tiene bastante con empezar a sumar de tres en tres domingo a domingo. Pues miren, tiene lógica, pero yo no estoy de acuerdo. Para nada.

Si al fútbol le quitamos la ilusión, ¿qué nos queda?. El deporte es precisamente eso. Incluso aunque pensemos que si el Valencia da la cara esta noche, hace lo que debe y elimina al Yeclano, llegará un rival en la próxima ronda con mayor entidad que hará hincar la rodilla a los de Mestalla. Y tal vez, en el momento actual sería así. Pero como acuñó Jorge Valdano, el fútbol es un estado de ánimo y lo que hoy es negro, mañana se puede teñir de blanco. Sé que esto hoy chirría, que suena hasta difícil de imaginar, pero es no imposible. Y me explico.

Cuando todo hacía indicar que tras el empate contra el Cádiz, Javi Gracia sería destituido, Peter Lim, ratificó en el cargo al técnico navarro y le dio la oportunidad de darle la vuelta al calcetín. Para ello, sin duda, necesitará refuerzos pero sobre todo necesitará enchufar a todo el vestuario. Conseguir que los jugadores que no están dando todo su nivel reviertan la situación en cada entrenamiento, en cada acción. Sé que resulta sencillo de decir y complicado de aplicar sobre el césped. Pero precisamente en eso radica su trabajo. Una ardua y dura labor que lo es menos cuando tienes a los pesos pesados tirando del carro.

Hubo una imagen el lunes que me hizo apartar el pesimismo y cambiar el chip. Tras el pitido que enviaba a los futbolistas a vestuarios, de inmediato, Soler y Gayá se buscaron con la mirada y se encontraron. Ambos se marchaban comentando diversas acciones de la primera mitad y proponiendo soluciones. Sus gestos lo decían todo. Estos dos tipos que sienten el club como si fuera suyo son, junto a otros miembros de la plantilla, el clavo ardiendo al que acogerse. Ellos quieren y yo creo en ellos. Es más, me atrevería a añadir que haber tocado los puestos de descenso -aunque fuese apenas por unas horas- ha hecho que, de verdad, la entidad le vea las orejas al lobo. Y por suerte -entiéndanme la expresión- el miedo ha llegado pronto. Tanto, como que queda más de una vuelta para que el mal inicio de temporada se transforme en un pequeño mal sueño cuando echemos la vista atrás. No me refiero a fantasear con cotas altas, sino a superar esta campaña sin plantarnos en el mes de marzo con la soga al cuello. Y, sinceramente plantilla hay para ello, incluso sin refuerzos...aunque espero que enero se disfrace de Rey Mago y alguno nos regale.

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