opinión

Celades: el gran candidato para el banquillo de España

Pues sí, aunque parezca mentira y después de más de mil pases, España no pasa, de nuevo, de octavos. Tanto pase para no pasar— ¡valga la paradoja!—, nos ha dejado a todos descolocados, excepto, claro está, a aquellos que juzgaron la salida de Lopetegui como el mal de todos los males...

4/07/2018 - 

VALÈNCIA. Pues sí, aunque parezca mentira y después de más de mil pases, España no pasa, de nuevo, de octavos. Tanto pase para no pasar— ¡valga la paradoja!—, nos ha dejado a todos descolocados, excepto, claro está, a aquellos que juzgaron la salida de Lopetegui como el mal de todos los males. La cosa está que el estilo de juego de España es previsible, sin profundidad y plano. Y resulta curioso que, basando tu juego en el toque, en la combinación, rápida y precisa, el único que cogió las riendas del equipo y le dio mordiente fue un jugador que decidió saltarse el guión con su regate y su zigzagueo entre líneas: Isco Alarcón, aquel que hoy nos sirve para recordar la gloriosa época pasada de Unai Emery por Valencia. ¡Ufff, Emery de mi vida!

Pero ahora ya no vale de nada lamentarse, como dijo Rodrigo (la única bandera valencianista en el Mundial), pues las lamentaciones nada aportan: el futuro no está negro, aunque entrañe dudas. La figura del seleccionador es fundamental y en eso está la Federación Española con Rubiales a la cabeza. Han salido nombres ya: Quique Sánchez Flores, Luis Enrique y Michel. Y salvo la existencia de unos tímidos contactos, hasta el momento, lo cierto es que el candidato número uno para ocupar el banquillo de España se llama Albert Celades y ese es el nombre que realmente se baraja en los despachos de Las Rozas. Todo puede cambiar, claro, y las cosas, en el fútbol, siempre pueden dar un giro inesperado, pero la apuesta es Celades, para encabezar una renovación profunda de la selección de todos y todas.  Y solo la presión de algunos poderes fácticos o la opinión pública desfavorable podría cambiar esta decisión que está tomada plenamente.

¿Por qué Celades? Primero, porque conoce mejor que nadie a los más jóvenes que están despuntando en la sub 21; segundo, porque acaba de hacer un máster intenso e intensivo en Rusia, junto a Hierro, a todos los niveles; tercero, porque está formado en la casa, porque cuenta con el respeto de los jugadores más importantes de La Roja y, finalmente, porque supone la apuesta más lógica o la menos arriesgada para salir de este atolladero emocional que tiene hoy este equipo. Podría ser Michel, claro que sí tiene conocimientos y calidad de sobra; podría ser Quique, otro valor importante para el banquillo; o Luis Enrique, cuyo carácter no parece encajar tanto en la selección nacional y cuyos apoyos parecen escasos. Todos son cualificados técnicos, con un pasado significativo como jugadores de la selección y de los clubes más importantes de España, pero eso, quién sabe, también puede ser un duro peaje. El problema de Celades puede ser, en cambio, su juventud y su aparente carácter, algo permisivo, pero no es así: es joven, en efecto, y su experiencia como técnico se reduce a las categorías inferiores de la selección básicamente, pero ni esto es garantía de fracaso ni tampoco supone o garantiza el éxito. Quienes le conocen bien dicen de él que tiene un temperamento sobresaliente cuando las cosas no se hacen correctamente, aunque sea dialogante y tenga la deferencia de escuchar siempre al jugador. Escuchar nunca es malo: que esto condicione tus decisiones, sí. Ya veremos de qué pasta está hecho Celades.

Las cartas están sobre el marbete del despacho de Rubiales, que ve con buenos ojos darle un color más personal al proyecto, aunque puede convertirse en un arma de doble filo si la cosa se tuerce, de ahí que surjan nombres más curtidos y menos arriesgados. Los movimientos están hechos y en toda esta ecuación yo, personalmente, echo de menos el nombre de José Luis Oltra, que sería una aportación maravillosa en la dirección deportiva de la Federación, bien como parte de cuerpo técnico o dirigiendo la sub 21 si Celades se hace con las riendas— y así parece que será— de la selección española absoluta. 

Los puristas del fútbol de toque dirán que lo importante no es el nombre de quien lo dirige, sino el estilo. Pero viendo el juego del equipo en este Mundial me pregunto ¿y qué estilo tiene ahora España?

Noticias relacionadas