VALÈNCIA.
Quería comenzar con eso. Deseábamos la victoria por muchos motivos, pero por encima de todo por el santo y seña de nuestro Levante. Le dedicamos a él y a su familia.
Nosotros tratamos, desde el máximo esfuerzo, de disfrutar cada partido. Ahora, con la salvación casi en el bolsillo, hay muchos objetivos que cumplir y cada partido tiene que ser para dar el máximo. A ver hasta dónde llegamos. Esa es la idea. Insisto en que es muy difícil ganar un partido en Primera. Disfrutemos de esta victoria y a partir del primer entrenamiento pensaremos en el Villarreal.
Partiendo de la base de que nunca habíamos ganado aquí y nos ha ido mal en cuanto a encajar goles, el equipo ha competido bien. Era importante después de lo que supuso la derrota del pasado viernes, pero hemos demostrado que somos fuertes mentalmente. No ha sido de nuestros mejores partidos, pero hay que tener en cuenta a un rival que apenas te deja. No es nada fácil neutralizar el juego que hace el Eibar.
No sabemos el alcance, pero no tiene buena pinta. Vamos a esperar.
Es cierto que siempre esperamos de él que esté a un gran nivel, pero cuando uno no está del todo acertado lo que se le pide es trabajo. Hoy se ha vaciado.
Es una de las claves. El equipo ha hecho las cosas bien y teníamos clarísimo dónde y cómo nos podía hacer daño el Eibar. En ese sentido hemos estado seguros, sin concesiones, pero nos ha faltado tener algo más la pelota. Nos ha costado. Una cosa por la otra. Pero me hubiese gustado tener más precisión, sobre todo tras salvar la primera línea de presión. Hace falta más tranquilidad para aprovechar los espacios que el Eibar deja a la espalda.