VALÈNCIA. No hubo lágrimas como las de Gabriel en Getafe, pero las palabras del capitán Gayà a la compañera Cristina Bea en el post-partido ante el Alavés encierran la misma carga agónica que las del central hispano-brasileño y describen una idéntica sensación: la de la impotencia.
La impotencia de un grupo que se sabe sólo y abandonado a su suerte y que pese a los esfuerzos de una parte del vestuario, el entorno de dejadez que se transmite desde la propiedad ha podrido las raíces de un vestuario que se divide entre la impotencia de los que aún sienten algo por ese escudo, y los desenchufados porque saben que son carne de traspaso y las señales que reciben de los recaderos del máximo accionista es que no hay aprecio por el club. Es imposible construir así un mínimo sentimiento de pertenencia que conciencie al grupo que te debería salvar la vida.
En el entorno de la gente que todavía siente el club son conscientes de que hay una evidencia, quienes mandan no tienen ningún problema en completar el hundimiento de la sociedad. No hay ni habrá soluciones, no hay interés en ellas. Sólo hay un dejar pasar los días sin atisbo de cambio. Como el reo que en otros tiempos esperaba en su celda la pena capital.
La tormenta perfecta que ha supuesto la falta de público en los estadios por la pandemia le ha dado alas a Meriton Holdings para llevar a cabo su plan: cero avances, cero soluciones, cero explicaciones.
Desde el comienzo de la temporada Meriton ha tejido una innumerable cantidad de cortinas de humo ayudado por colaboracionistas (internos y externos) y aliados oportunistas a quien poco les importa la entidad.
Cada cortina de humo viene acompañada de una pantomima para su puesta en escena. Simulan algo, pero esconden una terrible realidad. Como los subtítulos de los vídeos del dúo humorístico Pantomima Full. El humo traducido a nuestra lengua, el "fum", da el juego de palabras idóneo para calificar a este gente que tiene bastante menos gracia que Rober Bodegas y Alberto Casado; aquí lo que tenemos es a Pantomima Fum.
El Covid, la Youth Policy, lanzar a los leones al doctor Zaragosí asegurando fichajes, el caso Kondogbia, las visitas en septiembre a Generalitat y Ayuntamiento, el crédito que iba a avalar personalmente Lim para retomar las obras del Nou Mestalla, el urgente viaje de Murthy a Singapur a ver a Lim, la aparición del príncipe de Johor, la visita a Ximo Puig con las manos vacías, las críticas de Anil a la gestión valenciana del Covid, las bufonadas del batzine, el caso Diakhaby, las filtraciones de que se iba a hacer un equipo la próxima temporada para pelear por la Europa League, las constantes filtraciones de si Gracia se queda, si interesa Bordalás o si interesa Diego Martínez... humo mientras pasan los días. Humo mientras el equipo se hunde y la entidad se muere.
En todo este embrollo de la ATE ha irrumpido con fuerza desde hace unas semanas el president de Les Corts y político de Compromís, Enric Morera. Parece que Meriton ha encontrado otro colaboracionista que incluso les hace de portavoz. Desconozco el sueldo pero debe ser alto para prestarse a ese papelón. Por cierto que el mismo respeto que pide el señor Morera para los propietarios del club estaría bien que se lo pidiese a los propietarios del club cuando vetan periodistas. Entiendo que como demócrata convencido que debe ser el señor Morera estará en favor de las libertades fundamentales, y una de ellas es la de expresión (recogida concretamente en el artículo 20 de nuestra Constitución, y en ese mismo artículo se regula también el derecho a la Información), si vamos a pedir respeto (no se debe perder nunca), hagámoslo para todos, y más si se ataca una libertad fundamental recogida en la Constitución Española. No sé cómo ni porqué el señor Morera se ha acercado a las cortinas de humo de Meriton, pero cabría recordarle sobre quien le asesore aquella genial frase del maestro José María García sobre el ministro de deportes "si no hay, que lo pongan. Y si lo hay, que lo cesen".
Al menos la gente de Pantomima Full tiene gracia. Los de Pantomima Fum nos llevan derechitos al drama.