La historia de una muerte en la orilla tras una carrera épica por la Champions en el día que tenía que terminar La Liga
VALÈNCIA. Este domingo debería acabar La Liga 19/20. Al menos así estaba marcado en el calendario. El Valencia tiene once encuentros por delante para perseguir unos puestos Champions que, aunque no tan lejanos, sí se presumen complicados para los de Celades. Tendrá que haber una nueva escalada, como la del curso pasado... o como la de 2013. Dos desenlaces dispares.
Es sábado 1 de diciembre de 2012 y el Valencia de Pellegrino no termina de funcionar. Más allá de algún arreón que de vez en cuando invita vagamente al optimismo, el argentino no está escribiendo la era post Unai Emery con buena letra. El equipo ocupa la décimoprimera posición, por detrás del Sevilla -un rival que va a ser verdugo meses más tarde- y recibe a la Real Sociedad -otro futuro antagonista de esta historia- en Mestalla.
A juzgar por lo que Marcelino García Toral iba a hacer siete años más tarde con el murcélago, los chicos de Pellegrino están a tiempo de todo. Idéntica posición liguera que el Valencia de 2019 en la misma jornada -la 13-, incluso con un punto más -18-. Lo que no iba a presenciar el asturiano y sí el Flaco es una sonrojante goleada en contra en su propio feudo: la Real de Montanier le endosa un doloroso 2-5 y esta vez no le iba a temblar el pulso a un Manolo Llorente en la recta final de sus días en la presidencia.
Pellegrino sale cesado en lo que él va a llamar "una decisión injusta en una situación coyuntural". Y es que su equipo está lejos del objetivo que viene lográndose durante los tres años anteriores, pero el curso ni siquiera ha llegado a su ecuador. Además, quién sabe, quizá la autoexpulsión de Jonas por sacar el codo a pasear con 1-1 en el marcador ha tenido algo que ver con la abultada derrota. Mientras, los aledaños de Mestalla se llenan de indignados que no piden la cabeza de su entrenador... sino la de su presidente.
Domingo, 28 de abril. El Valencia visita Anoeta en busca de culminar una escalada espectacular desde que la misma Real Sociedad arrasara Mestalla el pasado diciembre. Ahora es Ernesto Valverde quien guía el camino valencianista y el equipo ya no deambula por la mitad de tabla, es quinto. Dos puntos separan a los che de los guipuzcoanos, que viven una temporada de ensueño. Además, la confianza de los hombres del Txingurri está por las nubes: vienen de meterle cuatro goles en cinco minutos al Málaga la jornada anterior. Un Málaga que no pelea precisamente por ser colista, sino que es un invitado más a la fiesta europea de La Liga.
La realidad es que desde que el nuevo técnico aterrizara en Paterna, las cosas han cambiado. Valverde no se ha salvado de goleadas durante este tiempo -por ejemplo, el Real Madrid también metió la 'manita' en Mestalla el pasado mes de enero- pero sí ha traído a Valenciastán algo poco conocido ahora mismo por estos lares: normalidad. Ahora el Valencia es algo más fiable, los encuentros a domicilio no son una cruz segura, incluso Gago ha perdido su sitio en el once y Parejo empieza a ver la luz por primera vez como blanquinegro. El de Coslada juega en un doble pivote por detrás de un centrocampista más adelantado, ya comparte minutos con Banega, Mathieu se aclimata de central y carbura la pareja Soldado-Jonas. Valverde ha hecho algunos retoques.
Sin embargo, el extremeño ha perdido puntos importantes por el camino. Justo antes de la goleada al Málaga, empató en Cornellà por culpa de la relajación extrema de Víctor Ruiz en el último minuto. Muchos se acordarán más adelante de aquel 3-3 contra el Espanyol después de un partido loco, pero que parecía controlado. Van a ser tres puntos necesarios para el final de Liga, pero también ha ganado otros en el último suspiro, como los que dio Ricardo Costa en un 2-3 en Riazor.
Así que todo parece encajar para asaltar Anoeta este domingo. Y además la noche empieza bien, con un gol de Soldado en el minuto 25. La victoria sirve para ponerse un punto por delante de la Real y encarar las cinco jornadas restantes dependiendo de uno mismo. Pero ni Soldado, ni Valverde ni probablemente San Sebastián sabe que esta va a ser la noche de Imanol Agirretxe. Junto con Íñigo Martínez y el Chory Castro, el delantero txuri-urdin deshace al Valencia y el encuentro acaba con 4-2. La Real le mete cinco puntos al Valencia. La Champions parece ponerse imposible.
Ahora es 1 de junio y el Valencia visita el Sánchez Pizjuán -el mismo estadio que visitará en julio de 2020 para acabar una Liga retrasada por una pandemia que azotará el mundo-. Ernesto Valverde tiene claro que no va a continuar en el club la próxima campaña, de hecho ya sabe que va a volver a San Mamés, pero los últimos cuatro partidos han sido brillantes: después de la dolorosa derrota de Anoeta, ha ganado a Osasuna, Rayo, Getafe y Granada, ha metido 10 goles y no ha recibido ninguno. Claro, el mayo de la Real no ha sido tan espectacular y han quedado de nuevo dos puntos por detrás.
El Valencia afronta la última jornada del campeonato en el cuarto lugar. Tiene que ganarle al Sevilla en su casa o, en caso de no hacerlo, esperar que los de Montanier no triunfen ante un Deportivo que se juega la vida, porque en Riazor no quieren despedir a Valerón mientras pierden la categoría. No es sencillo, pero en Nervión -donde ya corre la banda en traje Unai Emery- no están para echar cohetes. Eso sí, buscan un reto que esta temporada se ha puesto a tiro: las sanciones de la UEFA a Rayo Vallecano y Málaga hacen que la novena posición dé acceso a Europa. Y justo ahí están ellos.
Antes de la guerra, en el vestuario Valverde ya ha comunicado su marcha, pero el partido no puede empezar mejor, con un golazo de Banega. Un Banega que juega en el Valencia contra un Kondogbia que, ahora mismo, lo hace de rojiblanco. También son sevillistas Negredo y Navas, que ficharán por el Manchster City en verano, y Andrés Palop, que también se despide en este encuentro. Demasiadas historias cruzadas, más aún cuando el propio 'tiburón' -como todavía se le apoda al 9 del Sevilla- hace el empate de chilena. Mientras, la Real gana en A Coruña y el recuerdo de la acrobacia de Rivaldo que le arrebató la cuarta plaza a Cúper en 2001 empieza a aparecer en la mente de más de un valencianista.
Es Kondogbia quien comete un penalti claro sobre Jonas, pero Clos Gómez hace la vista gorda. El colegiado no actúa igual con Ricardo Costa, que arrolla a Perotti dentro del área y concede a Negredo la oportunidad de poner a los suyos por delate desde los once metros. Es el segundo gol del póker que va anotar el vallecano y lo que va a ocurrir justo antes de una supuesta agresión de Jonas sobre un interpretativo Alberto Moreno. Como en la goleada de la Real en diciembre, el brasileño se marcha a la caseta antes del descanso.
Con uno menos, la segunda parte se hace bola. Valverde va con todo, quita a Albelda para dar entrada a Feghouli y deshacer así su amado trivote. Y empata Soldado. Pero las noticias que llegan de Galicia no cambian: sigue valiendo el gol de Griezmann y el empate a puntos no sirve con el golaverage particular perdidísimo. Mientras, Negredo firma seguramente la mejor tarde de su vida. Anota dos más y, aún con un último esfuerzo de un Soldado abrasado a rampas, el Sevilla termina ganando 4-3. La Real -cuarta- es equipo de Champions, el Valencia -quinto- queda fuera, los de Unai -novenos- alcanzan los puestos de Europa League más 'baratos' de la historia. El mismo trofeo que levantarán el curso siguiente después de dejar -otra vez- herido al valencianismo.