El Valencia CF refrendó las grandes sensaciones mostradas ante el Espanyol con un triunfo en el renombrado Estadio de la Cerámica ante un Villarreal que fue inferior al equipo de Voro. El técnico valenciano ha impuesto orden y cordura en el vestuario que ha sumado siete puntos de los últimos nueve
VALENCIA. El Valencia CF es otro. La llegada de Voro al banquillo ha cambiado totalmente la cara del equipo que ahora se ve capaz de competir contra cualquiera, como demostró en Villarreal sumando un importante triunfo en un estadio donde no han sido capaces de ganar equipos como el Barça, Sevilla o Atlético de Madrid.
El vestuario, tras la marcha de Prandelli, ha dado un paso al frente con Voro que ha impuesto la cordura, la sensatez y el orden en una plantilla que estaba totalmente rota con el italiano, como bien dejó entrever Enzo Pérez tras el encuentro cuando aprovechó para lanzar un par de dardos al preparador transalpino.
Además de Voro hay un nombre que sobresale por encima del resto en el momento actual del Valencia CF, el de Carlos Soler. El canterano se ha convertido en la referencia en el centro del campo valencianista aportando orden, criterio y un aplomo que podrían corresponder a un futbolista de más de treinta años en lugar de a uno que acaba de llegar recién cumplidos los veinte.
Ante el Villarreal se estrenó como goleador pero esa fue la anécdota en otro encuentro donde sobrealió por encima del resto de centrocampistas hasta que tuvo que retirarse con calambres en el gemelo ovacionado por los más de 600 valencianistas 'encerrados' en la grada visitante que han visto en el canterano un halo de luz en una temporada de oscuridad.
El compromiso ante el Villarreal era el idóneo para confirmar las buenas sensaciones que se mostraron ante el Espanyol en casa y era una oportunidad ideal para mostrar si lo visto en Mestalla era un espejismo o el inicio de un camino de cara a la segunda vuelta y las sensaciones fueron todavía más positivas.
El Valencia CF controló la mayor parte del encuentro y afianzó las cosas que se empezaron a ver el pasado domingo. El orden defensivo fue una tónica durante el encuentro al que además se sumó la letalidad en el ataque ya que el Valencia aprovechó dos de las tres ocasiones de las que dispuso en la primera mitad para marcharse con ventaja de dos goles al descanso.
El tanto de Santi Mina refleja lo que es el jugador y también en lo que se ha convertido este nuevo Valencia, un equipo que no deja de creer y que lucha por cada pelota, por muy imposible que parezca. El gallego, defenestrado por Prandelli, se ha reencontrado con Voro y en dos partidos como delantero ha anotado dos goles.
El Villarreal apretó en la segunda mitad pero, salvo quince minutos eléctricos tras la entrada de Castillejo, no inquietó en exceso a Diego Alves. El encuentro ante el Villarreal también mostró que la dinámica valencianista ha cambiado tras un gran lanzamiento de Pato que repelió el palo.
Los futbolistas coincidian que hace varias semanas ese balón hubiera entrado y el partido podría haber acabado de forma diferente pero hasta la suerte se ha puesto de cara en este momento. El final del partido pudo ser tranquilo de haber aprovechado alguna de las contras que dispusieron, pero el resultado no se movió y el Valencia terminó un encuentro con la portería a nueve meses después.
La mala dinámica de los rivales y los tres últimos resultados alejan casi definitivamente los fantasmas del descenso pero ahora es el turno de Voro, que debe concienciar a los futbolistas de seguir en la misma linea y de no dejarse llevar en la segunda mitad de la temporada.