Paso de la Supercopa

VALÈNCIA. Paso de la Supercopa. No me interesa lo más mínimo. Me la trae al pairo. No me gusta ni la fecha, ni el formato del torneo ni el lugar elegido para la disputa del mismo. No le veo ningún sentido a nada. Solo al afán recaudatorio de la Federación Española de Fútbol que, junto a la LFP, venden su producto al mejor postor. Para mí esta Supercopa con el formato clásico de final four al estilo baloncesto y a la que van los equipos subcampeones, es una competición impostada.

La idea de jugar un encuentro entre el Campeón de La Liga y el de la Copa del Rey no me parece mala. Incluso que el partido se dispute en periodo estival, marcando el inicio de la temporada como sucedía desde el año 1994, me parece de lo más acertado. Es más, si el trofeo se dilucida a partido único y en sede neutral, hasta mucho mejor. Entiendo que ese sería el modelo perfecto. Estoy convencido de que sería el que despertaría mayor interés y disfrute para la hinchada. Pero el invento de ahora en Arabia…. La verdad es que no lo veo.

Sin embargo, la Federación va desde hace mucho tiempo por otro camino. Está cada vez más lejos del aficionado que es, sin duda, el verdadero motor de este deporte llamado fútbol. Como ya he dicho, la prioridad es hacer caja. Por eso desde el año 2018 llevamos exportando la Supercopa y traficando con el torneo por todo el mundo. Ya comenzamos en Marruecos, partido en el que se estrenó el controvertido VAR, y hemos acabado en tierras árabes. Incluso se llegó a firmar un acuerdo para jugarla en China durante cinco años que, por fortuna, no se llevó a cabo porque el Madrid y el Barça se opusieron.

Es cierto que al Valencia esta competición le puede dar una alegría con la que salvar la temporada. Porque un título siempre es un título. Incluso ganarle al Madrid tiene su gracia. Pero ni por esas. Porque la última vez que la jugamos, hace ahora dos años, tuvo hasta su jaleo. No nos pagaron lo que toca y todavía estamos de pleitos. Para mí, la verdadera Supercopa fue la única que tenemos en nuestras vitrinas. La que le ganamos en el año 1999 al Barça de Van Gaal. Aquello sí que fue un “Superpartido”. Victoria 1-0 en Mestalla con gol del Piojo López, y empate a tres en el Camp Nou (Albelda, Sánchez y Farinós) tras adelantarse siempre el rival en el marcador.

Insisto, que no cuenten conmigo para aplaudir este modelo de Supercopa. Porque tampoco le veo sentido a tener que incrustarla en este mes de enero. Este año ya hemos parado la competición doméstica por un Mundial de infausto recuerdo para la Selección Española y ahora tenemos que volver a irnos muy lejos para disputar una competición más molesta que otra cosa. Personalmente, con todo lo que tenemos aquí en la Liga y la Copa, a mí no se me ha perdido nada en Arabia. Y creo que al Valencia tampoco…