Osteópata, fisioterapeuta, preparador físico y toda una eminencia en un mundo como el del tenis en el que ha trabajado con las mejores raquetas, ha reinventado la filosofía del método en el deporte
VALÈNCIA. “Es importante que los entrenadores se den cuenta de que la tecnología puede ser clave en la formación de los jugadores”. Con este objetivo, Paul Dorochenko se está convirtiendo en un gran apoyo para L’Alqueria del Basket.
Osteópata, fisioterapeuta, preparador físico y toda una eminencia en un mundo como el del tenis en el que ha trabajado con las mejores raquetas, Paul Dorochenko ha reinventado la filosofía del método en el deporte. Preparador físico de numerosos jugadores internacionales en deportes colectivos, se retiró a los 52 años del circuito profesional de tenis en junio de 2006 para abrir en Valencia el Primer Centro Internacional de Rehabilitación del Deportista (CIRD). Experimentado en el asociacionismo y autor de numerosas publicaciones, especialmente sobre la electroneuroestimulación y la lateralidad, ha hecho del CIRD un centro de tecnificación y formación referente en materia de rehabilitación y de formación. Hoy en día, recurren a su ayuda deportistas de todo tipo. Sin ir más lejos, Willem Geubbels jugador de fútbol más joven en debutar en la Europa League o el Limoges francés en el mundo de la canasta, son algunos ejemplos.
L’Alqueria del Basket no ha querido dejar pasar la oportunidad de recibir sus consejos. A través de la amistad que le une con el coordinador de cantera masculina, Andreu Casadevall, ya está colaborando con la mayor instalación de baloncesto base de Europa. “La neurociencia ayuda a formar a los jugadores de una forma idónea, les ayuda a aprender de forma diferente” dice Dorochenko. Y así se lo transmite a los preparadores físicos de L’Alqueria.
Ahora mismo se siguen varias líneas de trabajo. En la primera de ellas, se trabaja la lateralidad a raíz del ojo director del jugador en cuestión, pues “la posición en la técnica de tiro varía según sea el derecho o el izquierdo y hay que adaptarla al cuerpo de cada jugador” explica el protagonista.
Por otro lado, también se trabaja en mejorar la visión dinámica de los jugadores. “En baloncesto hay poco tiempo para leer las situaciones y tomar la mejor decisión. Por eso si el ojo lee mejor, el cerebro codifica mejor y el resultado es el idóneo” analiza. Y para lograrlo se trabaja con paneles que los jugadores deben leer y unas gafas estroboscópicas que dificultan la visión, provocando una respuesta más ágil luego en los partidos.
Además entre los proyectos futuros está el trabajar con el método Allyane, que permite cambiar los gestos técnicos de un jugador a través de sonidos de baja frecuencia que ayudan a acelerar la motricidad.
Un ejemplo más de que en L’Alqueria del Basket se apuesta por dar la mejor y más completa formación a los jugadores, haciendo uso de la mejor tecnología y los mayores expertos del mundo deportivo.