Hoy es 8 de octubre
VALÈNCIA. La continuidad de Gabriel Paulista debería ser una decisión de club -incluyo al entrenador- por su magnitud económica en la plantilla. Entiendo que Baraja utilice las pocas herramientas que tiene disponibles y la experiencia del brasileño es una de las claves por la que este tema se ha convertido en una de las 'patatas calientes' de la temporada.
La renovación de Paulista en esas cifras es un lastre no solo para el Valencia, también para el 'Pipo'. Más que nada porque se trata de un jugador con un sueldo desfasado en la economía actual que tiene el Valencia CF. Por ello, el club debería sentar a Baraja y trazar el siguiente jugada. 'Pipo, ¿cuentas con Gabi para la próxima temporada? Si la respuesta es sí, el Valencia debe contactar con el entorno de Paulista para negociar una renovación a la baja, que se acople a la realidad del club y que sea Paulista el que valore los pros y contras de la oferta.
Si la acepta, todas las partes ganan. Baraja ya no tiene en Paulista un activo cuya presencia tiene un impacto en la futura planificación de plantilla. Es decir, cuando haya que reforzar el equipo el próximo verano, algo ya complejo con la estructura de Peter Lim, tener un jugador que te ocupa casi un 10% del Fair Play condicionará el margen. Si Paulista es feliz en la ciudad, en el club y garantiza una cantidad similar diferida en dos temporadas no tendría que vivir una situación enrarecida en torno a su figura con un entrenador que lo pone ante una mirada de recelo del club. En el caso del Valencia CF, renovar a Paulista dentro de los parámetros económicos del club es retener a un jugador que es importante en los planes del 'Pipo'.
¿Y si rechaza negociar una ampliación? Pues también cabe la posibilidad que Paulista haga oídos sordos a esta alternativa. En primer lugar, el jugador puede esgrimir el argumento de que los contratos frimados están para cumplirlos y no le faltaría razón. Las palabras de Baraja sobre que no se va a dejar influir por su situación contractual le refuerzan en que está cerca de asegurarse un sueldo alto y que si le dejan sin jugar, siempre será libre a partir del 1 de enero para buscar un nuevo destino que pueda darle mejores condiciones que una hipotética oferta del Valencia CF.
En definitiva, el margen de partidos se está acabando y hay que mover ficha para ver las intenciones de todos los implicados.