VALÈNCIA. Con un enorme baño de recuerdos, emoción y lágrimas, Pedro Delgado, vencedor del Tour en 1988, acudió a la presentación del documental "30 años de amarillo" que próximamente emitirá Movistar, donde se repasa aquella gesta que llegó después de superar múltiples dificultades y sirvió para el renacimiento del ciclismo español, dando el testigo a Miguel Indurain, "todo un caballero".
"Indurain era un caballero. Pudo ganar el Tour del 90, pero el cambio de galones se hizo año a año. Él no creía ser un corredor para una prueba de tres semanas, pero tenía potencial de sobra. Recuerdo que en una ocasión se fue por delante con los favoritos y yo quedé rezagado. Prefirió esperarme a mí. Se entregaba por el compañero por delante de sus intereses", dijo.
Delgado admitió que "entregar los galones a Indurain fue una liberación", y que cuando el navarro se puso el maillot amarillo en el Tour'91 el segoviano sintió un gran alivio.
Delgado, que se desplazó a los escenarios clave de aquella gesta del Tour'88 para la realización del documental, vio emocionado en la pantalla toda su trayectoria profesional y personal, desde sus inicios hasta su retirada, un camino con múltiples obstáculos, desde caídas inoportunas que le privaron del triunfo, al fallecimiento de su madre en pleno Tour'86 o el despiste que le hizo llegar 2.40 minutos tarde a la crono inicial en 1989.
"Es un documental muy completo, con momentos muy emocionantes. No he podido evitar las lágrimas en algunos momentos, como cuando falleció mi madre", dijo el es ganador del Tour y de dos Vueltas a España.
Delgado subrayó la constante lucha en su carrera contra las adversidades. El peor recuerdo en lo deportivo fue aquel positivo por Probenecid en 1988 debido a que "alguno tenía que sacar noticias", un hecho que le llevó a pensar que le resultaba "imposible ganar sin que sucediera algo extraño".
Delgado destacó el ambiente en el equipo Reynolds de José Miguel Echavarri en 1988, "un ambiente envidiable que nada tiene que ver con lo que se vive en estos tiempos".
"Antes éramos como una familia de unas 16 personas que coincidíamos durante todo el año y cada uno aportaba una parte de su personalidad. Por ejemplo Ángel Arroyo te animaba en carrera, Rodríguez Magro mejoraba la convivencia y leía muy bien la carrera y Miguel Indurain siempre estaba callado pero aprendía mucho de todo", explicó.
Sobre la cohabitación de tres lideres en Movistar en el próximo Tour de Francia, con Nairo Quintana, Mikel Landa y Alejandro Valverde, el ganador del Tour'88 subrayó que la clave será la labor de Valverde.
"Él puede ser el encargado de crear el clima de convivencia necesario entre los líderes aunque luego sea la carretera quien decida. Será la f¡referencia por carácter y experiencia, es capaz de crear equipo. Las diferencias que pueda haber entre Landa y Quintana dependerá de Valverde, será la autoridad moral".