El Llevant cometió alguno de los errores ya analizados frente al Portugalete. Esta vez el rival era más sólido y correoso y, pese a que las ocasiones de gol estuvieron del lado granota, el Fuenlabrada se mostró más entero y poderoso físicamente a lo largo del partido, a pesar de haber presionado siempre la salida de balón, con escaso éxito, y en la prórroga los blaugrana acabaron por conformarse con la suerte de los penaltis. Es evidente que en función del once que juega, los de Orriols cuentan con mayor o menor fuelle y que media un abismo entre unos futbolistas de la plantilla y otros. Finalmente, felizmente, el Llevant pasó a octavos porque a Pol se le doblaron los dedos en el lanzamiento de Melero y porque Cárdenas no se movió en el que tiró centrado Garcés. Eso y el acierto, además, de Roger, León y Duarte.
Paco López, ante un equipo sólido y competitivo, volvio a dar ciertas facilidades con su alineación, algo que ya sucedió en dieciseisavos. Si pones demasiados futbolistas que apenas aguantan 60-70 minutos los cambios, más que tácticos, acaban siendo físicos, algo que, si se tuerce el partido, como sucedió con el empate madrileño en el 67’, y necesitas cambiar cosas, es un quebradero de cabeza considerable. Cierto es que volvieron Vezo y Vukcevic, pero entre algodones y que Paco intenta tener a todo el mundo enchufado. Ayer esa estrategia casi cuesta un disgusto. Vezo, el central franquicia del equipo, estuvo impreciso en su vuelta y falló en el empate fuenlabreño. Vukcevic vio una amarilla que debió evitar, respondiendo a la enésima provocación de Iban Salvador y se marchó con molestias. Como es habitual se notó más su ausencia, cuando le sustituyó un Radoja fallón, que su presencia. De hecho, ya sin él, el Fuenlabrada jugó sus mejores minutos y empató. Quince minutos tardó la escuadra blanquinegra en recuperar el mando.
El Llevant firmó un partido discreto, aunque se lo tomó muy en serio, desde el minuto 1. Quiso ser protagonista con balón y en la primera mitad y gran parte de la segunda lo consiguió. Creó algunas ocasiones que pudieron darle la sentencia y soportó el terrorífico arbitraje de Latre, malo entre malos. El trencilla anuló un gol más que dudoso al Fuenlabrada, por una falta a Cárdenas en el salto (era el empate), se comió un penalti a León (que quizá exageró la caída), con 1-1, y cortó por fuera de juego una jugada en que Roger se plantaba solo ante Pol, antes de los penalties. No era por más de un metro. Melero y Duarte también habían tenido una doble ocasión muy clara. Además, fue arbitrario en las faltas y malo para todos, aunque perjudicó sobre todo, ostensiblemente, al Llevant. Permitió el circo permanente de Salvador y le perdonó la segunda amarilla tras cortar una contra levantina al alimón con un compañero que sí la vio.
En la prórroga también hubo un tiro de León que se le fue alto y un testarazo de Duarte que rozó el palo, pero faltó convicción para irse a por la victoria, sobre todo en su segunda mitad. Han caído ya siete equipos de Primera, en todo caso, lo que da una buena muestra de lo competitivo que es el nuevo formato de la Copa, hasta semifinales, donde el doble partido trata de evitar sorpresas de última hora. El Llevant sigue vivo y estará en el bombo de octavos. Para seguir creciendo en la competición del KO será imprescindible que, al menos entre Cárdenas y los cuatro de arriba, jueguen los mejores.
Fuenlabrada 1-1 Llevant (2-4 en penaltis)
UNO A UNO: Cárdenas (6); Coke (5) (Son (6) 68’), Duarte (5), Vezo (4) (Postigo (5) 68’), Toño (5); Rochina (5) (Malsa (5) 85’), Melero (5), Vukcevic (5) (Radoja (4) 52’), Morales (5) (De Frutos (6) 52’); León (6), Gómez (6) (Roger (6) 105’).
—Paco López (5)
GOLES: 0-1 Cristian p.p. 18’; 1-1 Garcés 67'.