Un Llevant poderoso

VALÈNCIA. Al finalizar la primera mitad el Athletic parecía un equipo hundido, a merced del Llevant, incapaz de dar la vuelta a la situación. El partido parecía listo para que el once levantino asestará el golpe de gracia y sentenciara la eliminatoria, pero entonces los chicos de Muniain sacaron a relucir su gen competitivo y pusieron contra las cuerdas a la escuadra granota. Tanto fue así que tuvo que emerger la soberbia figura de Dani Cárdenas para mantener al Llevant en pie. En tres minutos mágicos (49', 50', 51') el cancerbero de la cantera firmó tres paradones ante García, Berenguer y Williams. El testarazo majestuoso de Íñigo en el 57' para el empate ya fue imposible. De detener y de marcar. Hay golazos que no representan demérito para el rival. Íñigo lo hizo todo bien. Cárdenas aún debió mostrar una seguridad y una tranquilidad impropias de su edad, de su bagaje y de la entidad del partido. Fue un pulpo. A sus 23 años, si sigue con esta progresión, media Europa llamará a su puerta dentro de nada.

En la primera mitad la escuadra granota había bailado al Athletic, ejerciendo la posesión. Los leones, desquiciados, se pasaron el partido protestándolo todo, liderados por un Raúl García con impunidad arbitral. Gil Manzano fue descaramente casero en cada pequeña acción y llegó a desquiciar con su parcialidad a los futbolistas ayer blanquinegres. Paco López sorprendió a todos con su once, sin apenas concesiones (sólo Coke), con una vocación ofensiva absoluta. El Llevant estuvo muy preciso en los rondos para sacar el balón jugado, crear superioridades y llegar con peligro a las inmediaciones de Unai. El Athletic las veía venir y corría detrás del balón. La jugada fue maestra. Marcelino, histérico en la banda, no se lo podía creer.

Sus cambios, sin embargo, surtieron efecto, y los leones inyectaron un cuarto de hora electrizante al partido, al inicio de la segunda mitad. El Llevant se mostró más impreciso, al subir las revoluciones los vizcaínos, y así sufrió pérdidas y le costó horrores conectar sus líneas con la delantera, donde Roger se partió la crisma con los centrales. Los granota, bajo la batuta de un Radoja superlativo, supieron sufrir hasta que el Athletic bajó la intensidad, y apenas generaron alguna ocasión de gol: la más clara un balón que pescó Bardhi con Unai fuera de meta y que no se atrevió a empalar de primeras. Los rojiblancos llegaban al área de Cárdenas con su habitual recurso, desde hace 123 años: balones bombeados. Estuvieron, en general, bien defendidos por la zaga blaugrana, pero siempre dejaron un poso de incertidumbre e inquietud.

El empate fue justo y casi satisfactorio para todos. El pase a la final se decidirá en Orriols, algo previsible. Más allá del empate, el Llevant mostró un cariz rocoso, competitivo y atrevido de equipo poderoso. El Athletic deberá sudar sangre si pretende abortar el gran salto hacia su futuro que representará para el levantinismo presentarse en La Cartuja el 17 de abril.

Athletic Club de Bilbao 1-1 Llevant UD

UNO A UNO: Cárdenas (9); Coke (5) (Son (6) 53'), Postigo (7), Duarte (7), Clerc (7); Radoja (8), Melero (7) (Malsa (6) 53'); De Frutos (7) (Rochina (5) 67'), Bardhi (7) (Vezo (6) 80'), Morales (6); Roger (7) (Gómez (5) 67').

—Paco López (8).

GOLES: 0-1 Melero 26'; 1-1 Íñigo 57'.