VALÈNCIA. Creímos que en algún momento hubo una reacción (Vigo, Vitoria…), pero sólo fue un espejismo. Es difícil caer más bajo que este Llevant post-Copa. La segunda parte del Getafe-Llevant, hasta que, con los marcadores de otros estadios (victoria de Alavés y del Elche), a los azulones ya no les servía el empate para salvar la categoría, recordó vergonzosamente a aquel República Federal Alemana-Austria del Molinón en el Mundial 82. Los más jóvenes no vivieron cómo, desde el 1-0 germano, que clasificaba a ambos y eliminaba a Argelia, nadie pasó ya del centro del campo. 80 minutos de peloteo insípido y vergonzoso. No podíamos creerle, ante los televisores. Algo así sucedió en el Coliseum durante muchos minutos de la segunda mitad. Cuesta creer en la sola posibilidad de un biscotto. Sencillamente al Getafe le bastaba el empate y este Llevant, que lleva dos meses y medio sesteando, de vacaciones –aunque todos siguen cobrando sus fichas millonarias–, decidió que con no perder ya estaba bien la cosa. ¿Para qué clavar el colmillo al Getafe más irreconocible de la era Bordalàs que, por fútbol y capacidad de unos y otros, debió salir derrotado? ¿Que estaba en juego la honorabilidad del escudo y la salvación de terceros? ¡Y qué!
No he querido hacer uso del carné de periodista para entrar en Orriols hasta que no volviese la gente. Y lo cierto es que me muero de ganas por volver, por ver cómo me siento dentro del remozado estadio cincuentón, junto a mi hijo mayor. Antes del partido teníamos previsto acceder al sorteo, como abonados y accionistas. Tal vez cambie de opinión, pero en el momento de escribir estas líneas –ya lunes– no tengo ningunas ganas de hacerlo. Lo de este Llevant sonroja.
Ni siquiera pondré las habituales calificaciones a los futbolistas, aunque sí haré algunas apreciaciones puntuales:
a) Cárdenas. Firmó un mal partido. Pudo hacer algo más en ambos goles. Y el segundo se inicia en un mal despeje suyo con el pie. ¿Matamos a un porterazo de su talla, con 24 años, por un mal partido? Podríamos ver más allá: en el 1-0 Vezo pierde un balón en la salida porque no se atreve a pasárselo a Coke y complicarle la vida. Es lo que puede pasar cuando eres el central con mejor salida de balón y tu equipo juega a eso. ¿Lo matamos por el error? ¿Y qué hacemos con Clerc, que permite a Aleñá llegar completamente solo a rematar desde la frontal? En el 1-0 antes del error de Cárdenas, Pier hace un arranque desde atrás, sin sentido, emulando a Beckenbauer, pero con pérdida grotesca. En la transición el equipo no repliega como debiera –como es habitual–, Cárdenas falla en el despeje, el balón cae al pie del equipo que está más intenso, como durante la parte del encuentro en que ubo algo en juego para el Getafe, y Kubo pone en evidencia la fragilidad defensiva de Miramón, a quien rompe la cintura con una facilidad asombrosa. ¿Matamos al chaval?
b) Cantero. Volvió a ser de lo mejor del equipo, junto a Melero. Verlo en el once genera preguntas, con su desparpajo y todo lo que ofrece al equipo. ¿Por qué no ha jugado hasta ahora? ¿Por qué no se han dado oportunidad a otros canteranos? La insistencia en unos cuantos ex futbolistas parece más sinsentido aún al comprobar que en la casa habían alternativas a la desgana y falta de profesionalidad de unos cuantos futbolistas del primer equipo.
Getafe 2-1 Llevant UD
UNO A UNO: Cárdenas; Coke (Miramón 82’), Vezo (Duarte 45’), Pier, Clerc; De Frutos, Malsa, Melero, Morales (Giorgi 70’); Cantero (León 63’), Gómez (Roger 63’).
—Paco López.
GOLES: 1-0 Aleñá 12’; 1-1 Melero 31’; 2-1 Kubo 83’.