VALÈNCIA. Con cuatro puntos en las primeras ocho jornadas, el Levante ha firmado su peor inicio de una temporada en Primera división desde el curso 2007-08, cuando acabó en Segunda y entró en concurso de acreedores tras una campaña para olvidar con una amenaza de huelga de la plantilla incluida.
El bagaje del equipo dirigido hasta el domingo pasado por Paco López sólo es mejor que el que tuvo Abel Resino hace catorce años. Aquel Levante había sumado un punto en las primeras siete jornadas hasta que el exportero fue destituido y llegó el italiano Gianni de Biasi en su sustitución.
Con el entrenador transalpino no fue mejor y el Levante no ganó hasta que lo hizo en la undécima jornada al imponerse en casa al Almería por 3-0. La ansiada reacción no llegó en ningún momento de la temporada y De Biasi fue también despedido para que asumiera las riendas del Levante el entonces entrenador del filial, José Ángel Moreno.
A la crisis deportiva se unió la económica, con retrasos en el pago de las fichas a los jugadores que provocaron mucha tensión entre la plantilla y la directiva y que llevó a los jugadores a anunciar una huelga en el tramo final de la temporada que finalmente fue desconvocada.
Una vez el equipo bajó a Segunda división, el Levante entró en concurso de acreedores en el verano de 2008, se forzó la salida del club del máximo accionista, Pedro Villarroel, y se certificó el desembarco en la entidad de los administradores concursales que posteriormente elegirían a Quico Catalán como director general del club.
El inicio de Liga de Paco López este curso también es peor que el que tuvieron José Luis Mendilibar o Lucas Alcaraz, que fueron destituidos. El primero cayó en la octava jornada del curso 2014-15 con cinco puntos y Alcaraz fue despedido con seis puntos en la novena jornada de la temporada 2015-16 y que acabó con el Levante en Segunda.