El técnico británico abandona el Valencia tras cuatro meses en el cargo y dejando al equipo a seis puntos del descenso. Pako Ayestarán toma el relevo y será el encargado de salvar la categoría
VALENCIA. Sorpresa y de las gordas fue la que saltó este miércoles a las seis de la tarde en el Valencia CF. Cuando todo el mundo esperaba a Gary Neville para dirigir la sesión de entrenamiento del equipo tras los partidos internacionales el club hizo un comunicado oficial anunciando el despido del inglés argumentándolo como una decisión estudiada y analizada para buscar el mejor interés del equipo de cera al final de temporada. Es decir, el pánico que ha cundido en el seno de la entidad valencianista con la posibilidad de descender a segunda división ha hecho que el asiático Peter Lim haya tomado la decisión de prescindir de su segundo amigo en una misma temporada, como ya hiciera con Nuno a finales de noviembre.
La noticia pilló por sorpresa a propios y extraños porque pese a ser lo más normal por sus resultados nadie esperaba que fuera en ese momento y casi quince días después de haber perdido en casa ante el Celta, que quizá hubiera sido el momento más apropiado para destituirlo. Desde varios sectores se difundió la versión de que el entrenador se marchó a la concentración con la selección inglesa sabiendo que iba a ser despedido. Sin embargo, también hay quien desmiente esa versión diciendo que el plan de entrenamientos estaba totalmente preparado para Neville y que Pako Ayestarán no tenía conocimiento hasta primera hora de la tarde de que iba a convertirse en el nuevo entrenador valencianista.
Neville ha durado cuatro meses en el Valencia CF. Aterrizó en Mestalla a principios de diciembre dejando atrás su trabajo como brillante comentarista de Sky Sports. Fue presentado como un líder y como un estudioso del fútbol. Al principio intentó congeniar con la plantilla acercándose a los futbolistas. Implantó un nuevo modelo de trabajo mucho más informatizado, utilizando herramientas de última tecnología y regalando a los jugadores una tablet donde les informaba de muchos aspectos tácticos. Sin embargo, sus resultados han sido uno de los peores de la historia de un técnico valencianista. El idioma y su inexperiencia le han jugado una terrible factura y han terminado con el inglés como enemigo de una gran parte del vestuario. Neville se marchó visiblemente enfadado de la Ciudad Deportiva de Paterna por no continuar en el club. Sin embargo, hacía días que se había hecho a la idea de que su salida estaba cercana y que como máximo acabaría la temporada y se tendría que marchar.
Neville ha dejado muchas buenas palabras y muy buenas intenciones, pero apenas ha sumado 14 puntos de 48 posibles. Ha visto como el equipo era eliminado de Champions y Europa League, como en la Copa el Barcelona le infligía una de las mayores goleadas de la historia al Valencia CF, en una noche que debió dimitir, y como el equipo se ha metido de lleno en la lucha por el descenso.
Ahora el equipo queda en manos de Pako Ayestarán, que está ante una oportunidad única de poder seguir mostrando sus cualidades como técnico. El vasco tiene por delante ocho jornadas para salvar al equipo y mostrar su candidatura a poder encabezar el proyecto valencianista la próxima campaña. De momento llegará con sus dos personas de confianza, David Caneda y José Viela.
Ayestarán, además, ya conoce a la plantilla puesto que ha tenido contacto con ella en el último mes y medio, desde que llegó al club como ayudante de Neville, al que ahora sustituye, y es el elegido para poder enderezar el rumbo y poder enchufar a un vestuario que durante toda la temporada ha estado muy cómodo.
Este jueves Lay Hoon y Suso García Pitarch comparecerán junto al técnico para explicar las decisiones tomadas en los últimos días y es más que probable que no se le cierre la puerta a una posible continuidad de Ayestarán, pese a las conversaciones que se han mantenido con otros entrenadores.
Mientras tanto por la cabeza de los dirigentes valencianistas únicamente pasa la idea de no descender de categoría y lograr la salvación cuanto antes para empezar a planificar la nueva temporada, en la que se vuelve al punto de partida, con el equipo fuera de Europa y con una reestructuración necesaria del vestuario por hacer.