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opinión politizada / OPINIÓN

Peter Lim, patrón del ‘bordello’

9/11/2022 - 

VALÈNCIA. En el último par de semanas, el rostro de Gennaro Gattuso ha pasado a ser una suerte de avisador infalible de que algo no va del todo bien.

Como la alarma antes de un bombardeo, la espada ‘Dardo’ centelleando en manos de algún Bolsón cuando se acercaban los orcos o el vaso de agua tembloroso ante las pisadas de algún tiranosaurio hambriento, Gattuso es incapaz de esconder que anda tenso y cabreado. El pasado sábado le tocó a la prensa ser el blanco de sus iras. No ha sido la primera vez. Tampoco será la última.

No creo que haya que tenérselo en cuenta. Principalmente, porque hay varios detalles que apuntan a que hay gato encerrado en su andanada hacia los medios. Para empezar, el míster lleva apenas cinco meses en tierras valencianas y no tiene un conocimiento intrínseco ni del entorno ni de lo ocurrido en años anteriores.

Así pues… ¿quién le ha dicho al míster que hay gente “a la que le gusta que la cosa no vaya bien”? ¿Quién le ha sugerido que ponga en duda la honorabilidad de los medios? ¿Y quién le ha comido la oreja para que haga referencia a las etapas de entrenadores anteriores que “a la primera dificultad” han ido “contra el presidente o contra el club”?

La respuesta es tan obvia como predecible: míster, te están haciendo el lío. Y no somos los de fuera; son los de dentro.

“A alguno de vosotros le gusta cuando tenemos más ‘bordello’, cuando tenemos un poquito de problemas”, exclamó airado. Un concepto sin traducción directa al castellano que vendría a significar “caos, desastre, alboroto, problema, ruido, confusión”. De nuevo, error en el diagnóstico. En clave mediática, nunca se leen más artículos, se descargan más podcasts, se oye más la radio y se ve más la televisión que cuando al Valencia le va bien deportivamente. Ejemplo uno: la final de Copa de este mismo año. Ejemplo dos: los seis meses finales de la temporada 2018-2019.

Pero quizá, si hay que buscar algún amante del ‘bordello’, Gattuso sólo tendría que mirar hacia arriba. Hacia el patrón, como lo llamó el pasado sábado. Porque jamás vi a nadie tan fan de la destrucción como Peter Lim. Ese señor es, literalmente, la niña que sonríe mientras la casa está ardiendo. El Valencia lleva tres años y dos meses siendo puro ‘bordello’: una institución caótica, con una política deportiva desastrosa, un timón institucional alborotado y una gestión económica problemática cada temporada. El ruido ha bajado tras la patada en el culo a Anil, sí, pero la confusión permanece.

La subida de la tensión discursiva en los últimos días tampoco es casual. Las protestas contra Peter Lim ya estaban normalizadas en el entorno del magnate, pero apenas se había rozado la figura de Jorge Mendes hasta el momento. La bengalada y las pancartas de la semana pasada fueron una imagen que escoció en el seno de Meriton, y a alguna mente brillante se le ocurrió vincular dicha ‘performance’ (que llevaba preparándose varios meses) a las palabras improvisadas de Gattuso tras el partido contra el Barça (estilo de juego, valorizar jugadores). Un cóctel perfecto para calentar todavía más al míster.

La única verdad es que, en el fondo de su ser, Gattuso está cabreado porque el Valencia lleva cinco partidos sin ganar. Punto final. Y ojo, es una excelente noticia que el calabrés ande caliente como una mona por no sumar de tres en tres, porque esa y no otra es la exigencia que un entrenador del Valencia CF debe tener para con los suyos. No dudo en que hará todo lo que esté en su mano para revertir la situación.

Pero, a corto y medio plazo, es mal negocio dejarse embaucar por el (fácil y más viejo que las hombreras) discurso ‘todomalista’ y disparar al mensajero… cuando el mayor todomalista –porque el tipo insiste en hacerlo todo mal- lo tienes desde hace ocho años en la poltrona de máximo accionista.

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