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opinión

Pixelad el rostro de Kim Lim

Cuestionar, debatir, fiscalizar la acción de Peter Lim como propietario del Valencia y su equipo de gestores, sí. Caer en el cotilleo más viscoso y en la cháchara, convertir el negociado personal de Lim es material de trinchera, no. ¿Conviene decir tanta obviedad?...

28/07/2017 - 

VALÈNCIA. Cuestionar, debatir, fiscalizar la acción de Peter Lim como propietario del Valencia y su equipo de gestores, sí. Caer en el cotilleo más viscoso y en la cháchara, convertir el negociado personal de Lim es material de trinchera, no. ¿Conviene decir tanta obviedad? 

La hija de Peter Lim ha sido madre, consecuentemente Peter Lim se ha convertido en abuelo. Un par de chanzas en torno al hecho y hasta aquí todo bien. Si no fuera por la tendencia de unos pocos de convertirlo en combustión para hacer una pira con el propietario del Valencia a raíz de no sé cuál cotilleo. Kim Lim elevada a la categoría de Andrea Janeiro de Valenciastán. Ridículo. 

Para hacer oposición se requiere estilo y gesto justo, de lo contrario el descrédito ajeno acabará por convertir la gestión patatera de Lim en un resultado merecido. El descrédito de Meriton está lo suficiente probado como para tener que bajar al barro propio de cotillas.

El tiempo pasa, la propiedad está más que cimentada -venderá cuando le convenga; perrogrullada- y sin embargo todavía no nos hemos dado cuenta de una realidad que Layhoon esbozó con claridad al señalar que Lim, si compraba una fábrica, tampoco la visitaba. La metáfora de la fábrica. 

La fantasía en torno a cómo nos iban a influir los vaivenes de Rowsley, la cotizada de Peter Lim en la bolsa de Singapur, venía a reflejar que apenas queremos ser conscientes de la persistente realidad. Pero cómo demonios va afectar en los fichajes del Valencia que las acciones de Lim valgan más o menos… No hemos entendido que para la organización singapurense el Valencia es lateral, que nada tiene que ver con el core de su actividad, que su ausencia continuada de la ciutat no es la anécdota sino el símbolo, que su lejanía no trae excepcionalidad sino que es la norma.

Va siendo hora que normalicemos nuestra perspectiva para con Meriton porque nos permitirá exigirles mejor, cuestionarles con mayor fuerza. 

En la parte opuesta aquellos que, a estas alturas, se toman cada rebatimiento a Lim como un exceso porque… ¿es que hay otra alternativa mejor?, ¿es que si se va Lim vendrá alguien más solvente? Una trampa demasiado joven. No lo vamos a dar por bueno ante el riesgo de que viniera uno peor.

Es tan fácil como cuestionar con libertad aquello que el propietario, por acción y -sobre todo- por omisión hace mal. Por desgracia muchas cosas, demasiadas como para tener que apelar a su hija.

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