opinión

Plan renove

23/11/2019 - 

VALÈNCIA. El retorno al escenario donde se levantó la Copa hace seis meses supone una cita relevante pese a que ese triunfo que tanto celebró el valencianismo se haya terminado convirtiendo en otro motivo de polémica en este Valencia tan extraño. Esta tarde el VCF se mide aun rival herido de muerte aunque resulta casi imposible no mirar de reojo al partidazo del próximo miércoles en Mestalla donde se está en juego el pase a los octavos de final de la madre de todas las competiciones y... en condiciones normales andaríamos elucubrando acerca de las posibles rotaciones que pudiera implementar Celades para atender con las mayores garantías los dos compromisos pero tal y como está la enfermería no parecen muchas las alternativas posibles y, seguramente, habrá que conformarse con que el catalán pueda alinear lo mejor que tiene disponible aunque acaben siendo casi los mismos el sábado y el miércoles. Mucho trabajo para Celades y mucho trabajo para unos servicios médicos que andan de reformas y no está del todo claro cómo acabará quedando el cuadro médico del Valencia después de que el Presidente se haya puesto a oficiar también de experto en medicina deportiva: resulta que, una vez cesado Marcelino, Murthy se propuso borrar cualquier huella del asturiano y contrató un Jefe de los Servicios Médicos. Poco más de un mes más tarde, la semana pasada, arrinconaba a su fichaje porque los futbolistas -que no encontraban salida a sus lesiones- seguían confiando en el Doctor Maestro pero el miércoles  todo volvió a dar un giro de 180 grados y el galeno asturiano ha visto rescindido su contrato y, por lo que cuentan en el Club, el Dr. López será quien asuma la responsabilidad médica del primer equipo que había sido obligado a abandonar tan sólo hace una semana aunque sea de manera paulatina. Vamos que… o Anil se ha hecho un lío con este asunto o estamos ante otro ataquito de autoridad del Presidente al no aceptar lo que podría entender como un ‘pulso inaceptable’ de la plantilla que se había alineado con el médico en el que confiaban y no con el que había llegado al vestuario impuesto por el Presidente.

Es lo que tiene oficiar de hombre orquesta, actuar a golpe de improvisación y creerse el ombligo del mundo espantando de su cercanía a aquellos profesionales cualificados que puedan ensombrecer su sin par sabiduría. Muchos frentes abiertos para un presidente que conduce con la L y tiene por delante un recorrido complicado pese a que él se lo tome todo a cachondeo.  

Planificar la política deportiva de una entidad profesionalizada requiere un mínimo de conocimientos de fútbol, una mirada global de la plantilla a corto, medio y largo plazo que permita dibujar estrategias de éxito. Requiere saber que cualquier movimiento acaba teniendo un impacto en el resto de la plantilla y hay que saber afinar un piano que tiene muchas teclas que interactúan entre sí mezclando cuestiones deportivas y económicas en partes no siempre iguales. Para eso los Clubes necesitan Directores Deportivos altamente cualificados.  Si sólo puedes hablar de dinero porque no sabes hablar de otra cosa acabas pagando caro porque la negociación económica no es sino el postre de una comida que antes requiere de mucho trabajo en la búsqueda de alternativas de plantilla, de cantera y de mercado que hay que dominar para llegar al postre con el estómago preparado. Pero ahora parece que toca anunciar a bombo y platillo alguna renovación soñada o una nueva promesa que tenga que ver con la venta de las parcelas a modo de golpe de efecto antes de una Junta General en la que, entre otras cosas, se aprobará un importante aumento de salario para el propio Murthy y algunos representantes se frotan las manos por el ‘sablazo’ que le van a pegar al Emperador Novato. La renovación de Carlos Soler, más allá de tratarse de una operación importante para el Valencia que todo el mundo celebrará por la incuestionable calidad del jugador, se acomete sin las herramientas propias de una planificación trabajada de manera estratégica y sin la posición de fuerza que emplearía en una negociación quien tiene un plan sólido trazado. Sin un director deportivo solvente y Murthy a los mandos, el mango de la sartén queda en manos de los representantes que, obviamente, aprovecharán la oportunidad y en este caso –dado que el futbolista quiere quedarse en casa y el Presidente necesita el comunicado oficial- van a sacar el mayor rédito económico posible y… me parece absolutamente lógico: es su trabajo y pocas veces se lo han puesto tan fácil.

Noticias relacionadas